Muy buen artículo. El fenómeno Obama no se entiende sin conocer la psicología del progre americano. El progre americano típico es blanco, de familia blanca (padres, tíos, esposa, hijos, todos), amigos blancos (pero hay un negro al que saluda todos los días) y se mata para residir en barrios blancos y para que sus hijos estudien en escuelas de blancos. Al mismo tiempo, se cree multiculturalista y un Quijote del antirracismo, que desface los entuertos que sus antepasados hicieron con los negros (¿Les suena de algo? Cambien «negro» por «musulmán» y tienen al progre español).
Esta disonancia cognitiva la resuelve haciendo encendidas proclamas a favor del multiculturalismo y de odio a los blancos (ver, por ejemplo, el video de la blanca Lena Dunham donde ella y su padre piden que los hombres blancos desaparezcan), despreciando toda tradición de la cultura occidental (el Ramadán es guay y la Semana Santa de carcas) y favoreciendo la importación de otras culturas. Él sueña con un futuro en que su país sea una mezcla de culturas no occidentales, pero que sean occidentales. Musulmanes que no sean religiosos y que sean feministas y promotores del estilo gay, negros que no tengan la familia negra o la cultura afroamericana, latinos no machistas, etc…
A este ser contradictorio se le aparece Obama, un negro que no es negro. Engendrado por un padre africano que desapareció rápidamente, criado por una madre blanca entre la élite, el hombre no tiene el acento negro que distingue a los africanos en USA, no tiene una familia afroamericana sino una como la de los blancos, sus valores son el de los blancos, su educación es la de los blancos, incluso tiene la ideología de los blancos (odio a la cultura occidental, feminismo, apoyo a los gays). Es un hombre de cultura blanca pero piel negra. Un negro no negro: el sueño húmedo de los progres y produce sueños húmedos entre ellos. Sólo así se explica que las mujeres progres que componen la Academia Sueca le den el Premio Nobel de la Paz, cuando aún no había empezado a gobernar y con dos guerras en curso. Después de ocho años, no ha cerrado Guantánamo.
En realidad, es un tipo mediocre. Su único talento es la actuación. Leer los discursos que le preparan con aplomo y entonación de estadista y moverse como un hombre importante. Esto (junto con ser un negro no negro) es bastante para que los progres queden enamorados, le dediquen un montón de elogios y le den un montón de puestos que nunca hubiera soñado si fuera blanco. Acceso a la Universidad de Harvard, editor de la revista de derecho de Harvard, Senador, Presidente y Premio Nobel de la Paz…dejando una estela de mediocridad allá donde va.