[Original en inglés aquí]
Prepárate para los discursos llorosos. Prepárate a cambiar la imagen de tu perfil de Facebook. Arrastra ese piano y toca «Imagine» en las ruinas quemadas. Siente cómo el aire de superioridad moral hincha tus venas mientras proclamas tu lealtad a la democracia, igualdad, libertad, diversidad y tolerancia ante esta violencia sin sentido. Ya eres experto: se ha convertido en una rutina.
Un nuevo día, un nuevo atentado terrorista. No deberíamos tener simpatía por las víctimas: votaron para esto. En cada elección en la que hemos tenido oportunidad de reducir las raíces del terrorismo – es decir, la democracia, la igualdad, la libertad, la diversidad y la tolerancia – los votantes inclinan sus cabezas huecas y van a las urnas para afirmar la misma locura una y otra vez.
Así que algunos de ellos explotan. No sabes qué pena me da. Son idiotas que apoyaron esto. Sin duda tienen a alguien que quieren echar la culpa por sus fallos. Culparán a los políticos, a los medios, a la universidad, a cualquiera. Quieren evitar la responsabilidad por el hecho de que son votantes en una democracia y que arreglar esto era su responsabilidad.
Así funciona la democracia. Clasificamos los sistemas políticos según quién toma las decisiones. En una democracia, son los votantes. Si un político es malo, corresponde a los votantes expresar suficiente malestar para que se presente un rival y, después, apoyar a esta persona. Pero no lo hacen. Los votantes creen que no tienen ninguna responsabilidad así que eligen opciones seguras como Merkel, Macron, Obama y Theresa May.
Los políticos como estos nunca cambiarán el sistema. Su interés es en que el gobierno siga siendo amable y estable, que crezca poco a poco y que expanda su poder. Para ello, necesitan alguna justificación, como la diversidad. Así que nunca van a reducir la inmigración or dar marcha atrás a la decadencia. Se aprovechan de la decadencia.
Mientras sigas votando por estos candidatos del establishment, habrá más atentados terroristas. De hecho, si permites que haya democracia en tus tierras, acabas en un círculo vicioso en el que se redoblan las malas ideas y la sociedad se hace más y más izquierdista, porque este movimiento a la izquierda le da al gobierno una excusa para expandir su poder.
Los muertos que yacen en Manchester tuvieron su oportunidad. Quizás no ellos específicamente; quizás sus padres fueron los que pudieron cambiar esto. Pero no lo hicieron. Y ahora, de la misma manera que tirar de la anilla de una granada produce una explosión, [votar a las opciones del sistema produce] un atentado terrorista. Los islamistas nunca nos han mentido. Siempre han dicho que vienen a conquistar: primero con el útero, después con la pistola. Sabíamos cómo era esa bestia.
También sabíamos los efectos de la democracia y la diversidad. La democracia divide una sociedad en muchos grupos de interés y, con el tiempo, en ciudadanos atomizados yendo a la deriva, sin nada importante en sus mentes. La diversidad reemplaza a la mayoría – mediante un proceso conocido como genocidio suave – primero con muchos grupos que luchan, después un rebaño sin cultura de raza mezclada.
Nada de esto es un misterio. Nada de esto necesita que pensemos mucho para entenderlo. Y, sin embargo, los votantes van a las urnas cada vez y pulsan el interruptor del mal. Discúlpame si no siento nada por ellos cuando esta decisión explota (literalmente) en sus caras.