El problema es que hemos dejado de vivir en la realidad. Vivimos en un mundo de fantasía, el de la ideología actual (que funciona como una religión). El de la libertad, igualdad, el multiculturalismo, el victimismo, etc. Una fantasía donde los pedos huelen a rosas y to er mundo e güeno.
Digámoslo claro: cualquier país está basado en la violencia. El Estado tiene el monopolio de la violencia legal, para que se cumpla la ley. ¿Qué pasa si tu te niegas a cumplir la ley? Se te pondrá una multa o una pena. ¿Qué pasa si te niegas a cumplir la multa o una pena? Se te pondrá una más gorda. ¿Qué pasa si te niegas a cumplir todas? Se te condenará a la cárcel. ¿Qué pasa si te niegas a ir a la cárcel? Un policía llegará a tu casa. ¿Qué pasa si te niegas a seguirlo? Te obligará a seguirlo. ¿Cómo? CON VIOLENCIA. Te arrastrará o te pegará.
Es esta violencia de última instancia la que es el fundamento del Estado, pues es la única forma de que la gente que no quiere cumplir la ley se le obligue a cumplirla. Sin la violencia, el Estado desaparece y la sociedad degenera en la anarquía, en la lucha de todos contra todos (lo que produce más violencia). Los occidentales hemos olvidado esto y nos pensamos que el Estado lo crean los derechos humanos, los buenos sentimientos y presumir de tolerante. No, el Estado lo crea el monopolio de la violencia. La única violencia legal es la de Estado y es la única forma de que la gente cumpla la ley.
Como nosotros hemos olvidado esto, nuestra sociedad se está disolviendo. El método siempre es el mismo. Grupos de personas que no quieren cumplir la ley, la incumplen. Si no se les hace nada, ya han conseguido lo que querían. Si la policía se ve obligada a usar la violencia, entonces se hacen las víctimas y la gente critica a la autoridad. Sea como sea, siempre ganan. Son los «crybullies», bravucones de libro, desde los independentistas que llevan niños al butifarréndum hasta los africanos del video. Con el tiempo, la ley se erosiona y la sociedad avanza a la anarquía.
Los que hemos vivido la mayor parte de nuestra vida fuera de la cultura europea tenemos claro esto (incluyendo los africanos del video). Saben que el mundo lo rige la violencia y no las palabras bonitas. Por eso, saben que, si los europeos no estamos dispuestos a usar la violencia, somos débiles y se puede hacer de nosotros lo que quieran. Por eso nos conquistarán y nos someterán. Porque el mundo lo domina el garrote y ellos están dispuestos a usar la violencia y nosotros no. Por eso son tan desafiantes. Saben que somos débiles y decadentes y que es cuestión de tiempo que nos sometan.