[Por Ron Unz, intelectual judío estadounidense. Traducido y abreviado del original en inglés, que se encuentra aquí
http://www.unz.com/runz/american-pravda-oddities-of-the-jewish-religion/]
[…] Mis percepciones del conflicto del Oriente Medio cambiaron drásticamente durante el otoño de 1982. […] Unos años antes, […] conforme leía los diversos artículos sobre el conflicto de Oriente Medio en [The Economist] u otras como el New York Times, de vez en cuando los periodistas incluían citas de […] Israel Shahak. […] A lo largo de los años, había visto alguna mención vaga que, en la década anterior, él había publicado un par de libros estridentemente anti-judíos y anti-sionistas […] Finalmente, hace una década, me venció la curiosidad y […] encargué copias de todos sus libros, que eran todos muy cortos.[…]
[…] Una vez comencé a leer sus libros, mi conmoción aumentó cincuenta veces más. A lo largo de mi vida, ha habido muy, muy pocas veces que he quedado totalmente atónito, como quedé después que asimilé Historia Judía, Religión Judía: El Peso de Tres Mil Años, cuyo texto apenas ocupa cien páginas. De hecho […], encontre muy difícil aceptar la realidad de lo que estaba leyendo. Como consecuencia, pagué una suma considerable a un joven estudiante graduado que conocía, encargándole de verificar las afirmaciones que había en los libros de Shahak y, hasta donde puedo decir, todos los cientos de referencias que él comprobó parecían exactas o, al menos, encontradas en otras fuentes.[…]
Aunque los libros de Shahak son muy cortos, contienen tal densidad de contenido sorprendente que tomaría muchos, muchos miles de palabras comenzar a resumirlo. En resumen, todo lo que sabía – o creía que sabía- sobre la religión del judaismo, al més en su fervorosa forma tradicional ortodoxa era completamente falso.
Fundamentos de la religión judaica
Por ejemplo, los judíos tradicionamente religiosos prestan poca atención a la mayoría del Antiguo Testamento e incluso rabinos o estudiantes muy doctos que han dedicado muchos años de estudio intenso pueden seguir siendo ignorantes de su contenido en gran medida. En vez de eso, el centro de su cosmovisión religiosa es el Talmud, una masa enorme, compleja y algo contradictoria de escritos secundarios y comentarios que se acumuló durante muchos siglos. Por ello, a su doctrina religiosa se le llama «judaísmo talmúdico». En un gran porcentaje de los fieles, el Talmud es suplementado por la Cábala, otra gran colección de escritos acumulados, centrada sobre todo en el misticismo y todos tipos de magia. Como esos comentarios e interpretaciones representan el núcleo de la religión, mucho de lo que todo el mundo da por supuesto en la Biblia se considera de manera muy diferente.
[…] Debo remarcar que aunque la descripción de Shahak de las creencias y prácticas del judaísmo talmúdico produjo una tormenta de denuncias, pocos de esos duros críticos parecen haber negado sus afirmaciones muy específicas, incluso las más sorprendentes, lo que parece reforzar la credibilidad de Shahak.
En el nivel más básico, la religión de la mayoría de los judíos tradicionales no es, de hecho, nada monoteísta [es decir, con un solo Dios], sino que contiene una amplia variedad de dioses masculinos y femeninos, que tienen relaciones muy complejas entre ellos. Estas entidades y sus propiedades varían enormemente entre las numerosas subsectas diferentes del judaísmo, dependiendo de las partes del Talmud y la Cábala que prioriza cada una. Por ejemplo, la tradicional frase religiosa judía «El Señor es uno» ha sido interpretada tradicionalmente por la mayoría de gente como una afirmación monoteísta [es decir, que hay un solo Dios] y, de hecho, muchos judíos tienen exactamente la misma opinión. Pero grandes números de otros judíos creen que esta declaración se refiere, en cambio, a la unión sexual entre las entidades divinas masculina y femenina más importantes. Y, de forma más extravagante, judíos que tienen esas opiniones tan radicalmente diferentes no ven ninguna dificultad en absoluto en rezar uno al lado del otro, interpretando los mismos cánticos de una manera muy diferente [esto pasa porque el judaísmo es una religión de la ortopraxis y no de la ortodoxia ver aquí para más detalle].
Además, parece que los judíos religiosos oran a Satanás casi tan fácilmente como oran a Dios, y dependiendo de la escuela rabínica, los rituales y sacrificios específicos que practican pueden dirigirse a reclutar el apoyo del uno o del otro. De nuevo, siempre y cuando sigan correctamente los rituales, los adoradores de Satanás y los adoradores de Dios se llevan perfectamente bien y se consideran mutuamente como judíos piadosos, sólo que de una tradición ligeramente diferente.
Un punto que Shahak enfatiza una y otra vez es que, en el judaísmo tradicional, lo que és más importante es la naturaleza del ritual, mientras que la interpretación del ritual es bastante secundaria [de nuevo, esto se debe a ser una religión de la ortopraxis]. Así que, un judío que se lava las manos tres veces en el sentido de las agujas del reloj quizás pueda horrorizarse al ver a otro que sigue la dirección contraria a las agujas del reloj. Pero es de mucha menor importancia si la lavada de manos intenta honrar a Dios u honrar a Satanás.
De forma bastante extraña, muchos de los rituales tradicionales intentan explícitamente engañar o estafar a Dios o a Sus ángeles o, a veces, a Satanás, de forma muy parecida a como los héroes mortales de algunas leyendas griegas podrían buscar estafar a Zeus o a Afrodita. Por ejemplo, algunas oraciones deben pronunciarse en arameo, en vez que en hebreo, basándose en que los ángeles santos parece que no entienden el arameo y su confusión permite estas oraciones pasen inadvertidas y tengan efecto sin interferencia divina.
Asimismo, como el Talmud representa una enorme acumulación de comentario publicado que se ha ido desarrollando a lo largo de más de un milenio, incluso los mandatos más explícitos se han transformado a veces en sus opuestos. Como ejemplo, Maimónides, una de las mayores autoridades rabínicas, prohibió completamente que se pagara a los rabinos por su enseñanza religiosa, declarando que cualquier rabino que recibiera un salario era un ladrón malvado condenado a tormento eterno. Sin embargo, los rabinos posteriores «reinterpretaron» con el tiempo esta afirmación para que significara algo completamente diferente y hoy casi todos los rabinos recolectan salarios. […]
Los judíos y los «goyim»
[…] Asimismo, hay un lado más oscuro, que es sobre la relación entre judíos y no judíos. A estos últimos se les llama con el término muy despectivo «goyim» (gentiles). Hablando sin rodeos, los judíos tienen almas divinas y los goyim no, pues son sólo bestias con forma de hombres. De hecho, el motivo principal para la existencia de los no judíos es servir como esclavos para los judíos, hecho muy conocido que algunos rabinos de rangos muy altos afirman de vez en cuando. En 2014, el rabino sefardí de más alto rango aprovechó su sermón semanal para afirmar que el único motivo para la existencia de los no judíos es servir a los judíos y trabajar para ellos. La esclavización o exterminio de todos los no judíos parece ser un objetivo final implícito de la religión.
Las vidas judías tienen valor infinito, y las no judías no tienen ningún valor en absoluto, lo que tiene implicaciones políticas obvias. Por ejemplo, en un artículo publicado, un rabino israelí prominente explicó que si un judío necesitaba un hígado, estaría bien, y de hecho sería obligatorio, matar un gentil inocente y tomar el de éste último. Quizás no deberíamos sorprendernos demasiado que se considera ampliamente que Israel es uno de los centros mundiales de tráfico de órganos. […]
Y, aunque la religión judaica tiene una opinión completamente negativa de todos los no judíos, considera en especial al cristianismo como una abominación total, que debe ser borrada de la faz de la tierra.
Los musulmanes devotos consideran a Jesús el profeta santo de Dios y el predecesor inmediato de Mahoma. Por el contrario, según el Talmud judío, Jesús es quizás el ser más vil que nunca existió, condenado a pasar la eternidad en el hoyo más profundo del infierno, sumergido en un cubo de excremento que hierve. Los judíos religiosos consideran el Corán musulmán como otro libro más, aunque esté completamente equivocado, pero la Biblia cristiana representa el mal puro y, si las circunstancias lo permiten, quemar biblias es una acción totalmente digna de alabanza. También se exhorta a los judíos piadosos a escupir siempre tres veces a cualquier cruz o iglesia que encuentren y dirigir una maldición a todos los cementerios cristianos. De hecho, muchos judíos profundamente religiosos pronuncian una oración cada día sin excepción por la exterminación inmediata de todos los cristianos.
A lo largo de los años, destacados rabinos israelíes han debatido públicamente a veces sobre si el poder judío ya es lo suficientemente fuerte para destruir por fin todas las iglesias cristianas de Jerusalén, Belén y otras áreas adyacentes y para limpiar toda la Tierra Santa de toda traza de contaminación cristiana. Algunos rabinos han tomado esta postura, pero la mayoría han recomendado prudencia, argumentando que los judíos necesitan ganar algo más de fuerza antes de dar ese arriesgado paso. En nuestros días, muchas decenas de millones de cristianos fervorosos y, especialmente, los sionistas cristianos son defensores entusiastas de los judíos, del judaísmo y de Israel. Creo firmemente que algo de ese entusiasmo se basa en la ignorancia.
Durante los últimos dos mil años, los judíos han vivido casi siempre en minorías pequeñas y relativamente débiles que habitan en medio de las tierras de otros pueblos, cristianos o musulmanes. Por ello, una doctrina religiosa tan firmemente hostil a los extranjeros ha sido un obstáculo considerable para coexistir pacíficamente con estos pueblos. La solución a esta cuestión se ha basado en el mandato divino de conservar la vida judía y el bienestar ante todo, desbancando casi todas las otras consideraciones religiosas. Así, debe evitarse cualquiera de las conductas explicadas más arribas si se considera que puede suscitar resentimiento de grupos gentiles poderosos y poner a los judíos en riesgo.
Por ejemplo, la prohibición de que médicos judíos traten las enfermedades de no judíos se retira en el caso de no judíos que sean poderosos, especialmente los líderes de las naciones, cuyo favor pudiera obtener beneficios para la comunidad judía. […] De forma similar, se permite intercambiar regalos con no judíos pero sólo si esta conducta puede justificarse en términos estrictamente utilitarios, pues cualquier expresión simple de amistad con una persona no judía es una violación de principios sagrados.
El disimulo
Si la población gentil [es decir, no judía] fuera consciente de estas creencias religiosas judías y de las conductas que fomentan, los judíos podrían acabar teniendo problemas. Por ello, a lo largo de muchos siglos, se ha generado una metodología elaborada de subterfugio, ocultación y disimulo con el fin de minimizar estos riesgos. [Nota del traductor: Este disimulo es la versión judía de la taqiyya musulmana]
Esta metodología incluye, en especial, la mala traducción de los textos sagrados o la eliminación completa de fragmentos cruciales. Además, la pena de muerte (a menudo, precedida por una tortura espantosa) ha sido siempre la pena tradicional para cualquier judío que «informe» a las autoridades sobre cualquier aspecto relacionado con la comunidad judía.
Obviamente, mucha de esta deshonestidad continúa hasta tiempos recientes pues parece muy improbable que los rabinos judíos (con la excepción de los más vanguardistas) sean totalmente ignorantes de los principios fundamentales de la religión que afirman liderar. Y Shahak hace comentarios mordaces de su hipocresía de estos rabinos, especialmente la de los que publican opiniones fuertemente progresistas, hipocresía interesada que sólo sirve a sus propios intereses.
Por ejemplo, según la doctrina talmúdica mayoritaria, la naturaleza intrínseca de los africanos negros se ubica en algun lugar entre medio de las personas y los monos y, con seguridad, todos los rabinos, incluso los progresistas, deben ser conscientes de esta doctrina religiosa. Pero Shahak comenta que los numerosos rabinos americanos que trabajaron con tanta ansia con Martin Luther King y otros líderes de los derechos civiles durante los años cincuenta y sesenta ocultaron completamente sus creencias religiosas mientras denunciaban a la sociedad americana por su cruel racismo, buscando que la considerable población negra americana les compensara beneficiando a los intereses judíos.
[Nota del traductor: Esta alianza entre los negros americanos y los judíos contra la población blanca americana está llegando a su fin en nuestros días. Ahora que los no blancos (negros, hispanos, asiáticos) son mucho más numerosos están desplazando a los judíos (a quienes consideran blancos) del liderazgo del Partido Demócrata ]
Shahak enfatiza también la naturaleza completamente totalitaria de la sociedad tradicional judía, en la que los rabinos tenían el poder sobre la vida y la muerte en sus congregaciones y a menudo buscaban usar ese poder para castigar al hereje o al que se desviaba ideológicamente. Los rabinos se indignaban frecuentemente porque esto era cada vez más difícil conforme los estados nacionales se hacían más fuertes y prohibían estas ejecuciones privadas cada vez más. Los rabinos más tolerantes fueron asesinados en ocasiones. Y Baruc Spinoza, el famoso filósofo judío de la Ilustración, sobrevivió sólo porque las autoridades holandesas se negaron a permitir que sus compatriotas judíos lo mataran.
[…]
Los efectos hoy en día
Obviamente, los judíos normales y corrientes de hoy en día casi no leen el Talmud en forma regular así que sospecho que la inmensa mayoría desconoce estas enseñanzas altamente polémicas, con excepción de los más ortodoxos y quizás la mayoría de rabinos. Pero es importante tener en cuenta que hasta hace unas pocas generaciones casi todos los judíos europeas eran profundamente ortodoxos e, incluso hoy, apuesto a que la inmensa mayoría de adultos judíos tuvieron abuelos ortodoxos.
Los específicos patrones culturales y actitudes sociales pueden filtrarse a una población mucho más amplia, especialmente a una que ignora el origen de estos sentimientos, lo que hace que esta influencia inconsciente sea mayor. Una religión basada en el fundamento de «Ama A Tu Prójimo» [es decir, el cristianismo] puede o no ser factible en la práctica, pero una religión basada en el fundamento de «Odia a Tu Prójimo» [es decir, el judaísmo] puede tener repercusiones temporales a largo plazo que se extienden mucho más allá de la comunidad de los muy devotos. Si, durante un o dos mil años, se enseñó a casi todos los judíos a sentir un odio furioso hacia todos los no judíos y, además, los judíos desarrollaron una enorme infraestructura de deshonestidad cultural para enmascarar esa actitud, es difícil creer que esta historia desafortunada no ha tenido absolutamente ninguna consecuencia en nuestro mundo actual, o en el pasado relativamente reciente.
[Nota del traductor: El traductor piensa que sociedades basadas en el principio de «ama a tu prójimo» y «odia a tu prójimo» son perfectamente factibles, como la historia demuestra, siempre que se mantengan separadas. Esto significa que cada sociedad debe tener una legislación propia que refleje estos valores fundamentales. La forma mejor de conseguir esta separación es hacer que sociedades con valores diferentes vivan en países distintos, con legislaciones distintas. Una forma menos óptima es que vivan separadamente en el mismo país: en vecindarios distintos y con leyes distintas. Este es el caso de cómo las comunidades judías pudieron vivir por siglos en países cristianos (encerradas en el gueto) o cómo las comunidades cristianas o judías pudieron vivir en países musulmanes (encerradas en sus comunidades, como dhimmis o ciudadanos de segunda clase, reguladas internamente por sus leyes).
En el caso de que un colectivo basado en «odia al prójimo» viva en la misma sociedad que uno basado en «ama al prójimo» con las mismas leyes, el primero tiene ventaja pues se ayuda a sí mismo. Esto puede ver en este estudio científico http://jasss.soc.surrey.ac.uk/16/3/7.html
Vemos este comportamiento tribal en el éxito de los judíos en la sociedad occidental.
Fin de la nota del traductor]
El rol de los judíos en la opresión de las poblaciones nativas
Asimismo, la hostilidad de los judíos hacia los no judíos a menudo puede haber sido útil para los intereses de otros y puede haber influido en el rol económico que los judíos han desempeñado, especialmente en países europeos, siendo esto oscurecido por la ignorancia general de los principios religiosos subyacentes. Como la mayoría de nosotros sabemos por nuestros libros de historia, los gobernantes políticos con poca simpatía por sus súbditos limitan a veces el poder militar a un grupo relativamente pequeño de individuos, que son normalmente de orígen extranjero para que no tengan mucha simpatía por la población [nativa] que reprimen duramente. [Nota del traductor: creo que el pensador musulmán Ibn Khaldun del siglo XIV fue el primero en darse cuenta de esto]
Tengo fuertes sospechas de que se deberían entender de la misma manera algunos de los nichos económicos tradicionales más comunes de los judíos europeos, como la recaudación de impuestos y la gestión de tierras arrendadas en Europa oriental. En efecto, es más probable que los judíos obtuvieran hasta el último centavo de valor de los campesinos que controlaban para el beneficio de sus reyes o señores locales, pues la compasión humana que podría haber hecho que esta conducta se suavizara se reducía al máximo debido a la tristemente célebre antipatía [de los judíos] por todos los no judíos.
Así pues, no deberíamos sorprendernos que los judíos entraron a Inglaterra por primera vez siguiendo [la conquista de Inglaterra por el rey normando] Guillermo el Conquistador [en 1066], para ayudarle a él y a sus despiadados señores feudales normandos a explotar de forma efectiva la población anglosajona subyugada que comenzaban a gobernar.
Pero las naciones en que una minoría de gobernantes y sus sirvientes mercenarios dominan a la inmensa mayoría de la población tienden a ser más débiles y frágiles que aquellas en las que los gobernantes y los gobernados comparten intereses comunes y pienso que esto es igualmente cierto para los sirvientes económicos [como los judíos] como lo es para los sirvientes militares.
En muchos casos, las tierras que dependían de intermediarios económicos judíos (particularmente Polonia) nunca desarrollaron una clase media nativa y frecuentemente tuvieron un desempeño [económico] pobre con respecto a aquellos de sus competidores que contaban con una nación unida. De hecho, España fue uno de los últimos países en expulsar a sus judíos y, durante los dos siguientes siglos, alcanzó el pico de su gloria política y militar. Los libros polémicos del profesor Kevin MacDonald sobre el judaísmo argumentan ampliamente que los gobernantes que se han preocupado más por el bienestar de sus súbditos tienden a ser a los que más se etiqueta como «antisemitas» en los libros de historia modernos […]