A mi me ha gustado la película, pues vivo en Centroamérica y me ha recordado cosas. No estoy de acuerdo en que las empleadas no puedan tener buenos sentimientos hacia sus patrones (sin dejar de ser un trabajo).
Pero la película es aburrida y una película menor. Entonces, ¿por qué tanta alharaca?
Por dos motivos. Uno es del estilo «el traje nuevo del emperador»: si no te gusta la película no eres tan culto como yo. No te das cuenta de la gran cinematografía que tiene: los planos son exquisitos.
El segundo es la hipocresía ideológica progre. El progresista es un ser profundamente hipócrita. Es de clase media o alta, pero le gusta presentarse a los otros y a sí mismo como igualitario, como luchador por la justicia, siempre que esto no le cueste nada, ni deba renunciar a nada. Una buena descripción de su psicología está aquí:
El hecho de que la protagonista sea indígena, hace que todos los progres deban alabarla, porque así presumen de tolerantes, antiracistas y más virtuosos que los otros. El ejemplo es el director, que hace una película sobre su sirvienta de la infancia, a la que siempre tuvo por debajo y ya se cree que ha hecho algo por la justicia social. Pero él seguirá disfrutando de su vida de niño bien y la indígena será siendo indígena en México. Haciendo la película, se quita la culpa, presume de buena persona y no le cuesta nada (al contrario). Si Cuarón fuera tan justiciero social como presume, daría la mitad de su fortuna (que no necesita) a los indígenas. Como dije, hipocresía en estado puro.