El progresismo se basa en la teoría de la «tabula rasa» (que es la forma latina de decir «página en blanco»). Esta teoría mantiene que un recién nacido es una página en blanco y se puede escribir en él lo que se quiera. La sociedad puede educar al recién nacido para que sea inteligente o no, para que sea pacífico o agresivo, para que tenga cualquier rasgo de personalidad que se quiera. No hay rasgos biológicos innatos, no hay naturaleza humana y las diferencias entre personas se deben a la educación y a las experiencias personales que ha tenido uno.
El feminismo (como rama del progresismo) se basa en esta teoría. Dice que las diferencias entre hombres y mujeres son solamente debidas a cómo la sociedad trata a los hombres y mujeres de forma diferente. Uno no nace hombre o mujer sino que la sociedad lo hace hombre o mujer. Si tomáramos a un hombre y lo tratáramos como una mujer, acabaría comportándose como una mujer. Por ello todo el énfasis de educar a los niños sin roles de géneros, regalar camiones a las niñas y muñecas a los niños.
Esto podía defenderse en los años 60, cuando nació el feminismo. Sin embargo, en las décadas que han pasado desde entonces, la ciencia ha avanzado mucho y son innombrables los estudios científicos que demuestran que hombres y mujeres son diferentes en sus cerebros y se comportan de manera diferente (y estas diferencias de comportamiento debidas al sexo son las mismas en todas las culturas humanas). Otros aspectos de la teoría de la tabula rasa han sido demostrados falsos, se ha demostrado que la inteligencia o la personalidad son parcialmente heredables e innatas. Para un libro reciente que resume los estudios leer el libro «La tabla rasa: La negación moderna de la naturaleza humana» de Steven Pinker.
A esto los feministas han contratacado diciendo que todas las diferencias en el cerebro y en la conducta entre hombres y mujeres son debidas a que la gente trata diferente a niños y niñas. Cuando los estudios han demostrado que estas diferencias se dan en niños y niñas de pocos meses, los feministas han dicho que los papás los tratan de forma diferente desde su nacimiento y por eso, las diferencias.
Esta línea de argumentación ha sido muy cómoda para los feministas, pues cualquier diferencia sexual era atribuida a la sociedad, sin ninguna evidencia de que fuera así.
Bien, esto ha acabado con un reciente estudio científico que ha examinado el cerebro de fetos masculinos y femeninos. Como los fetos están en el útero materno, no pueden ser influidos por la sociedad. Así que si hay diferencias innatas entre los cerebros de niños y niñas deben aparecer rastros de estas diferencias en el útero materno. Si, por el contrario, como el feminismo mantiene, las diferencias son debidas a la sociedad, los fetos masculinos y femeninos deberían tener cerebros idénticos.
El estudio se llama «Sex differences in functional connectivity during fetal brain development» («Diferencias sexuales en conectividad funcional durante el desarrollo fetal del cerebro») y está colgado en esta página de Internet
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1878929318301245?via%3Dihub
¿Qué dice el estudio? El estudio demuestra que los cerebros de los fetos masculinos y femeninos tienen diferencias en conectividad funcional, destruyendo la teoría de la tabula rasa en lo que respecta al feminismo y, por lo tanto, demostrando que el feminismo es falso.
Aquí hay un fragmento.
El presente estudio demuestra por primera vez que el desarrollo de la conectividad funcional del cerebro del feto varía con el sexo. Probablemente el diferente desarrollo de conectividad funcional a lo largo de la gestación en fetos masculinos y femeninos actua como precursor de las diferencias entre los sexos en conectividad cerebral que se observan a lo largo de la vida. Asimismo, probablemente las redes cerebrales de los fetos observadas en el presente estudio sirven como los bloques básicos sobre los que construyen las redes de los recién nacidos, niños y adultos.
Nuestra época presume de guiarse por la ciencia y de qué sus creencias son científicas, cuando es todo lo contrario. Se ignorará este estudio y todos los que estudios de diferencias sexuales entre fetos (como se ignorarán todos los otros estudios pasados y futuros de diferencias sexuales, sin hablar del sentido común).
Las políticas públicas se harán en contra de la verdad que descubre la ciencia y el sentido común y causarán daño a las personas y a la sociedad, por estar basadas en mentiras. La gente que cree en el progresismo y el feminismo son inmunes a la evidencia y nada les convencerá para que dejen esa creencia irracional y falsa a la que han hecho el centro de su vida.