[Tomado de https://nypost.com/2019/08/17/luxury-beliefs-are-the-latest-status-symbol-for-rich-americans/]
Una ex compañera de clase de Yale me dijo recientemente que la monogamia estaba anticuada y que no era buena para la sociedad. Yo le pregunté cómo había sido su vida y si pensaba casarse.
Ella me contó que había nacido en una familia acomodada y que trabajaba en una conocida empresa de tecnología. Me dijo que personalmente quiere tener un matrimonio monógamo, pero agregó rápidamente que no todo el mundo tiene que casarse.
Ella había crecido en una familia tradicional y pensaba tener una familia tradicional. Pero mantenía que las familias tradicionales están anticuadas y que la sociedad debería «evolucionar» para superarlas.
¿Cuál podría ser el motivo de esta postura [contradictoria]?
En el pasado, los estadounidenses de clase alta solían mostrar su estatus social con artículos de lujo. Hoy lo hacen con «creencias de lujo».
La gente se preocupa mucho por el estatus social. De hecho, la investigación [científica] demuestra que nuestra sensación de bienestar se basa más en el respeto y la admiración de nuestros compañeros que en el dinero.
Por ello, nos sentimos presionados para demostrar nuestro estatus social de nuevas maneras. Es por ello que la moda en la ropa cambia continuamente. Pero, a medida que la ropa de moda y otros productos de lujo se vuelven más accesibles y asequibles, cada vez son menos útiles para demostrar nuestro estatus social.
Las clases altas han encontrado una solución inteligente a este problema: las «creencias de lujo». Estas son ideas y opiniones que confieren estatus social a los ricos a muy bajo costo, mientras afectan negativamente a la clase baja.
Un ejemplo de creencia de lujo es que todas las estructuras familiares son iguales. Esto no es cierto. Hay clara evidencia de que las familias con dos padres casados son las más beneficiosas para los niños pequeños. Y, sin embargo, las personas ricas y educadas criadas por dos padres casados tienen más probabilidades que otras de creer que la monogamia está anticuada, que el matrimonio es una farsa o que todas las familias son iguales.
Así, la devaluación del matrimonio ha llegado a la clase trabajadora y a los pobres. En la década de los sesenta, las tasas de matrimonio entre los estadounidenses de clase alta y baja eran casi idénticas. Pero, a partir de entonces, los estadounidenses ricos relajaron las normas sociales, mostrándose escépticos sobre el matrimonio y la monogamia.
Esta creencia de lujo contribuyó a la erosión de la familia. Hoy, las tasas de matrimonio de los estadounidenses ricos son casi las mismas que en la década de los sesenta. Pero las personas de clase trabajadora tienen muchas menos probabilidades de casarse. Además, el porcentaje de niños nacidos fuera del matrimonio es más de 10 veces superior al que había en 1960 y este fenómeno se da principalmente entre los pobres y la clase trabajadora. Las personas adineradas rara vez tienen hijos fuera del matrimonio, pero es más probable que digan que tener hijos fuera del matrimonio no tiene consecuencias, una creencia de lujo.
Otra creencia de lujo es que la religión es irracional o dañina. Los miembros de la clase alta tienen más probabilidades de ser ateos o no religiosos. Pero tienen los recursos y el acceso para prosperar sin el edificio social unificador de la religión.
A menudo, los lugares de culto son esenciales para el tejido social de las comunidades pobres. Denigrar la importancia de la religión perjudica a los pobres. Mientras que, a menudo, las personas adineradas encuentran significado en su trabajo, la mayoría de los estadounidenses no tienen el lujo de una «profesión» o una «carrera». Lo que tienen son trabajos. Son contratados y despedidos. Sin una familia o comunidad que cuidar, puede parecer que estos trabajos no tienen sentido.
Otra creencia de lujo es que las decisiones individuales no importan mucho en comparación con las fuerzas sociales aleatorias, incluida la suerte. Esta creencia es más común entre muchos de mis compañeros en Yale y Cambridge que entre los niños con los que crecí en hogares de acogida o entre las personas con las que serví en el ejército. Lo que se quiere transmitir es que el éxito o fracaso de tu vida están fuera de tu control. Esta idea sirve para beneficiar a la clase alta y perjudicar a la gente común.
Es común ver a los estudiantes de prestigiosas universidades trabajar sin cesar y luego decir que ser tenaz no es importante. Suelen fingir falsa humildad y sugerir que simplemente tuvieron suerte, en vez de ser reconocidos por sus esfuerzos. Este mensaje es dañino. Si las personas desfavorecidas creen que el azar es el factor clave para triunfar, es menos probable que se esfuercen.
El privilegio blanco es la creencia de lujo que me llevó más tiempo entender, porque crecí rodeada de blancos pobres. A menudo, los miembros de la clase alta afirman que las disparidades raciales se derivan de las ventajas inherentes de los blancos. Sin embargo, los asiáticoamericanos son más educados, ganan más y viven más que los blancos. Los blancos ricos son los más partidarios de la idea del privilegio blanco. Sin embargo, son los menos perjudicados en difundir esa creencia. Por el contrario, cuando hablan de su privilegio blanco, elevan su estatus social.
En otras palabras, los blancos de clase alta ganan estatus al decir que tienen alto estatus. Cuando se promulguen leyes para combatir el privilegio de los blancos, los perjudicados no serán los blancos privilegiados. Los blancos pobres soportarán la peor parte.
Es posible que los blancos ricos no siempre estén de acuerdo con sus propias creencias de lujo, o al menos duden de ellas. Tal vez no les gusta el abrigo de piel ideológico que llevan puesto. Pero si sus iguales los castigan por no pasearlo por toda la ciudad, nunca más saldrán de la casa sin él.
Porque, al igual que con los anillos de diamantes o la ropa de diseñador de antaño, las personas de clase alta visten creencias de lujo para separarse de la clase baja. Estas creencias, a su vez, producen consecuencias reales y tangibles en las personas desfavorecidas, ampliando aún más la brecha [entre ricos y pobres].
Así como la ropa que está hoy de moda pronto pasará de moda, también lo harán las creencias que están hoy de moda. En el futuro, espero que la clase alta difame aún más valores, incluidos los que aprecian, para intentar obtener el estatus de personas superiores.
Rob Henderson ( @robkhenderson) , que sirvió en la Fuerza Aérea, es un estudiante de doctorado en la Universidad de Cambridge.