[Bruce Charlton. Original en inglés aquí]
Llamo «altruismo abstracto promiscuo» a una tendencia fomentada incansablemente por los medios de masas e impuesta por la presión social entre personas conocidas.
Con esta expresión, me refiero al interminable desfile de historias de interés humano que son recogidas por todo el mundo y que forman una gran parte del consumo diario del hombre moderno: los desastres naturales, guerras y hambrunas, consecuencias de accidentes y terrorismo, los efectos de las dolencias y enfermedades y muerte…Los sufrimientos de niños, ancianos, de los inocentes, de los «vulnerables», de las minorías aprobadas, etc.
Cada día, en cada fuente de «noticias», nos contarán algo que ha pasado a alguien en algún lugar – y pedirán nuestra empatía. El objetivo, aparentemente, es que deberíamos tener un altruismo (un «preocuparse» del bienestar de otros) que es abstracto (pues no sabemos nada de las personas y situaciones, más allá de lo que nos dicen los medios) y que es promiscuo (pues se espera que respondamos con simpatía a todas las historias de este tipo que nos ofrezcan).
¿Por qué están los medios de masas tan interesados en que todas las personas en todas partes estén implicadas continuamente en las desgracias de otros?
(Es otro asunto si esas historias de interés humano son auténticas o no. De hecho, la mayoría de ellas no lo son, sino que son inventadas o «escenificadas» o tan selectivas y distorsionadas y malinterpretadas que no guardan ninguna relación con la realidad)
Pero lo que quiero decir es que es claro que es Muy Importante para aquellos que controlan los medios que la mayoría de las personas durante la mayoría del tiempo deban estar fascinadas o implicadas en esas noticias que producen empatía. (Y «deban» es la palabra correcta, porque a aquellos que no expresan interés o que no son convincentes en su «preocupación» sincera por los supuestos dolores de personas que están a miles de kilómetros, se les considera como monstruos de egoísmo con el corazón de piedra).
¿De qué se trata todo esto?
Hablamos de los medios de masas, que son herramientas de los peores elementos de la Clase Dirigente (los cuales son, a su vez, anfitriones, siervos y víctimas de los poderes del mal). Por ello, es claro que los motivos no son buenos, sino que son malos.
Mi opinión es que el propósito del altruismo abstracto promiscuo es desplazar las preocupaciones naturales de los hombres mortales. Las cuales son el amor a Dios y el amor al prójimo, donde «prójimo» [próximo] implica conocimiento y preocupación directa: es decir, implica proximidad e implicación personal, o bien implica lazos personales cercanos (como la familia y los amigos).
Y, en segundo lugar, desplazar el asunto vital más despreciado de esta vida mortal: nuestro yo real. El motivo básico por el que estamos vivos y seguimos estando vivos es que tenemos cosas que aprender. Estas cosas consisten en el Amor (que se trata de nuestra salvación) y nuestra Santificación o Teosis (que se trata de nuestro desarrollo espiritual hacia Dios).
El altruismo abstracto promiscuo se opone a la santificación, desplaza a la santificación.
La santificación requiere que prestemos atención a nuestra experiencia personal vivida (mediante la cual Dios trata de enseñarnos lecciones que es vitalmente importante que aprendamos). Son experiencias personales, reales, vividas…lo contrario a la empatía forzada de segunda mano, abstracta, despersonalizada y manipulada que nos imponen los medios de masas.
El objetivo es que estemos – cada día y siempre – más preocupados con las historias mediáticas de gente lejana de la que no sabemos nada que con lo que nos pasa a nosotros y cerca de nosotros.
Y pienso que los medios han tenido mucho éxito en este objetivo y tienen un mayor éxito cada año que pasa.
¿Inhibir la santificación? ¿Frustrar el desarrollo espiritual?
¡Misión cumplida!