Artículo tendencioso y radicalmente sesgado, como todos los que escribe este periódico sobre el Brexit. Pura propaganda anti-Brexit. El momento más bajo (propio de un pasquín) es cuando justifica el Brexit en que los británicos son tan ton tos que sólo quieren comer porquerías. Es el desprecio a la democracia: los votantes no saben lo que quieren. Es una buena tarea revisar todos los artículos sobre el Brexit de El Confidencial durante los últimos años y ver como se han equivocado una y otra vez.
Lo que pasa es que la UE no puede competir en un mercado libre. Los burócratas de Bruselas imponen un montón de regulaciones (algunas positivas, la mayoría inútiles) que encarecen los productos de forma que no son competitivos. Estas regulaciones no paran de crecer día a día, porque el trabajo de esos burócratas es crear regulaciones y tienen que crear nuevas reglas cada mes.
Por ello, la UE está aterrorizada de competir en un mercado libre. Primero, cuando los británicos votaron el Brexit, hizo todo lo posible por retenerlos o, como mínimo, que estuvieran en el mercado común, para meterles todas las regulaciones. Ahora se agarra de la excusa del «level-playing field» para decir que los británicos deben cumplir todas las regulaciones de la UE (aún estando fuera: entonces, ¿para qué es el Brexit?)
Nosotros los españoles, seguiremos mirando con desprecio a los británicos, mientras nuestros jóvenes seguirán yendo a trabajar allí y su economía va a despegar espectacularmente. La UE nos ha desindustrializado, empobrecido y convertido en la Andalucía de Alemania, un país que sólo produce camareros y construcción, mientras compramos todo lo otro a los otros miembros de la UE. Así nos va.
Sólo cuatro cosas que se me habían olvidado:
– Los contrarios al Brexit (incluyendo este periódico) presentaron el Brexit como un desastre para el Reino Unido, que les iba a llevar a la pobreza más absoluta. Ahora dicen que es injusto que el Reino Unido se convierta en una potencia económica a las puertas de la Unión Europea.
– El Reino Unido tiene un gran déficit comercial con el resto de la UE. Es decir, la UE vende más al Reino Unido que al revés. Es por eso que el tratado de libre comercio conviene más a la UE que al Reino Unido. Si se ponen muchas barreras, la UE no podrá vender sus productos al Reino Unido (mientras el Reino Unido puede comprar en otro sitio sin tantas barreras o desarrollar su industria nacional)
– El artículo ignora lo más importante de esta negociación. Boris Johnson tiene la sartén por el mango. No sólo porque a la UE le interesa el tratado de libre comercio, como he dicho. Si no también porque, si no hay acuerdo, el Reino Unido sale automáticamente con reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por lo que trataría con la UE como cualquier otro país extranjero. Esto, como he dicho (ver punto anterior), perjudicaría a la UE.
– Esto último lo saben Boris Johnson y la UE. Por ello, la UE no para de hacer declaraciones propias de un «bully», pero yo creo que van de farol. Por el momento, ya han aceptado el calendario que les ha presentado el Reino Unido, que las negociaciones se harán en suelo británico y en idioma inglés. Las traducciones al francés las pagará la UE. Ese es el choque con la realidad y no el que indica el artículo.