Este es un análisis de cómo funciona el poder a nivel mundial en nuestra época. Describe la élite globalista, la coalición de poder que ha creado y la ideología que justifica esta coalición.
Por el momento, no definiremos que queremos decir por «élite», aunque se explicará más adelante en este mismo escrito. Por el momento, se puede definir como las personas con inmenso poder político y económico a nivel mundial. Algunos son conocidos y otros no. Un grupo muy pequeño pero que tiene la mayor parte del poder sobre la humanidad.
**Descripción de la élite.
1. La ideología de las personas está determinada por sus intereses
Para la inmensa mayoría de las personas, la ideología que profesan justifica los intereses propios. Esto no quiere decir que las personas sean hipócritas y usen una ideología en la que no creen para conseguir lo que quieren (aunque hay una minoría que así lo hace). Por el contrario, la inmensa mayoría de las personas creen sinceramente en la ideología que defienden públicamente pero se engañan a ellas mismas pensando que lo hacen por el bien de la humanidad, en vez de que lo hacen por qué les interesa a ellos mismos.
Dicho de otra manera, las personas tienen una capacidad inmensa de autoengañarse y creer que las cosas que hacen por interés propio egoista, las están haciendo por perseguir el bien de forma altruista.
Esto les permite lo mejor de los dos mundos: les permite ser egoístas y también les permite sentirse buenos y presumir de buenos ante los demás. Así las personas reconcilian tres impulsos contradictorios que la biología ha programado en ellos: el impulso egoísta (llamado «pecado original») que intenta conseguir el mayor poder y recursos para poder sobrevivir y reproducirse de la mejor manera. El impulso del estatus (moral), que les lleva a buscar ser bien considerados en su grupo social. Y el impulso de la conciencia que les impulsa a hacer cosas que les hagan sentirse buenos ante sí mismos.
El precio de reconciliar todos estos impulsos contradictorios es que deben autoengañarse, lo que nunca puede hacerse de forma total (pues la conciencia no se puede apagar completamente) y produce un estado psicológico poco sano.
Así, por ejemplo, el feminismo es, en realidad, un movimiento egoísta para conseguir el mayor poder posible para las mujeres en el ámbito personal, social y político (sin importar que este mayor poder sea mejor para las mujeres y la sociedad en general).
Pero las feministas creen sinceramente que se trata de conseguir la justicia y el bien y así lo proclaman a la sociedad. Que esto no es verdad se puede ver claramente en la forma en que las feministas tratan los problemas de los hombres. Mientras proclaman que el feminismo también ayuda a los hombres, esta proclamación queda en el plano retórico, porque nunca luchan por ningún problema masculino (por ejemplo, los hombres divorciados que no pueden ver a sus hijos) y con frecuencia, hacen todo lo posible por agravar estos problemas masculinos, si esto beneficia a las mujeres.
Cualquier análisis de la élite debe incluir estos dos componentes: cuales son los intereses propios que se persiguen y cuales son las ideologías con las que la élite justifica estos intereses propios, tanto ante sí misma como ante el mundo.
2. La élite busca aumentar su poder
Comencemos con la primera parte. Los intereses propios de la élite globalista internacional es consolidar y aumentar su poder en todos los sentidos: ante diferentes grupos sociales, políticos, ante la población nativa y ante toda estructura de poder, tanto a nivel nacional e internacional.
Por lo tanto, el objetivo final de la élite es tener un único gobierno mundial que ellos dominen por completo. Es decir, tener todo el poder mundial en sus manos. Todos los esfuerzos de la élite durante décadas se han encaminado a ese objetivo y, aunque este objetivo tan ambicioso no es todavía factible, se han dado pasos importantes en esta dirección.
Así, se han creado organizaciones internacionales que impulsan una ideología única (la religión progre), que después es transmitida a la población mundial usando las escuelas, los medios de comunicación y los políticos de cada país. También se intenta infiltrar la religión con religiosos que sigan estas ideas: la Iglesia Católica está en un grado alto de infiltración, las iglesias protestantes tienen grados diferentes según las sectas, la iglesia ortodoxa recientemente rechazó un intento de subordinación a la élite e ideología globalista, el Islam resiste como religión, aunque sus países van avanzado hacia el pensamiento único de forma lenta pero constante.
3. Por qué la élite desea más poder
Se podría objetar que la élite tiene ya un inmenso poder y dinero para vivir vidas extremadamente privilegiadas durante siglo. ¿Por qué querría conseguir más poder? En realidad, al contrario de los instintos para conseguir comida o sexo, el afán de poder es un instinto que no puede ser saciado. Es parte de la naturaleza humana querer siempre más poder:
“…el instinto de poder es potencialmente infinito e ilimitado. Algunas personas que buscan el poder no pueden concebir ninguna limitación al mismo. Personajes como Alejandro el Grande o Napoleón pudieron haber tenido tanta riqueza y sexo como hubieran querido en el inicio de su carrera política, pero continuaron buscando cada vez más poder» (Silvano Arieti, The Will to Be Human)
Además, la búsqueda del poder le da vida y sentido a los miembros de la élite. El ser humano está diseñado para vivir en un entorno de inmensa pobreza (que ha sido el entorno natural humano durante el 99% de su historia), por lo que le da sentido a su vida cuando lucha para que él y los suyos sobrevivan y prosperen.
Sin embargo, la élite forma parte del grupo de personas para lo que esto ya no es una lucha, pues la cantidad de poder y dinero que tienen permiten que sus familias sobrevivan y prosperen sin ningún esfuerzo. Así, en los miembros de la élite, los mecanismos biológicos e innatos de luchar contra problemas materiales subsisten, mientras que los problemas materiales ya no existen. Es como si tuvieran sed pero no hubiera agua en el mundo. Necesitan estrategias alternativas para saciar estas necesidades biológicas.
La forma tradicional de resolver esta situación para las personas ricas y pudientes es dedicarse a una religión tradicional. Esto da sentido a sus vidas y les permite saciar el mecanismo de luchar contra problemas por medio de resolver los problemas de otros y buscar el perfeccionamiento moral (por ejemplo, ayudar a los pobres, difundir el evangelio, ser cada vez mejores fieles, etc.). No es casualidad que las señoras ricas benefactoras de la religión sean una figura constante en la historia religiosa, desde el Antiguo Testamento hasta nuestros días. (Otra manera de resolver esta situación, aunque minoritaria, es dedicarse a la ciencia. Así, el emperador japonés Hiro-hito dio sentido a su vida convirtiéndose en un buen científico)
Sin embargo, la élite es demasiado corrupta para esto. Dedicarse a una religión tradicional le quitaría los inmensos placeres de los que disfruta pues le obligaría a autocontrolarse. Es por eso que la élite se autoproclama atea. Por supuesto, ellos no piensan que hacen esto por interés propio, sino que realmente piensan que lo hacen porque han llegado a esto por motivos racionales, aunque es oceánica su ignorancia de cualquier religión tradicional o de la filosofía de la religión. Como veremos más adelante, los miembros de la élite no son cultivados desde el punto de vista intelectual: no creen la necesidad de cultivarse porque se creen supremamente inteligentes por ser ricos.
Por eso, como la élite es atea, usa la lucha por el poder como forma de dar sentido y dirección a su vida, de tener problemas por los que luchar. Además, impulsa la religión progre, que no es una religión tradicional, sino que es una ideología que justifica sus excesos, su egoísmo y su búsqueda del poder. Así, con la búsqueda de poder y el impulsar la religión progre que les permite buscar ese poder, la élite da un sentido y dirección a su vida y sacia el mecanismo biológico que tiene para luchar contra problemas materiales.
4. El perfil psicológico de la élite
Ya tenemos varias características psicológicas de la élite: su afán de poder, su ateísmo, su búsqueda de sentido y su promoción la religión progre. Expliquemos de forma breve otras características importantes.
1a) La élite tiene un gran orgullo intelectual. Piensan que el hecho de que están en las posiciones elevadas en las que viven no es fruto de ser hijos de gente poderosa, ni porque sus antepasados hicieron todo tipo de actos inmorales o por el azar. El motivo por el que ellos tienen el poder es porque son excepcionalmente inteligentes y muy superiores a todos los demás.
1b) Sin embargo, la élite es profundamente ignorante de la realidad. Para comenzar, han sido educados en universidades de élite que les dan una visión de fantasía progre, alejada de la realidad. Pero, además, han vivido siempre en un mundo de burbuja sin tener las preocupaciones de gente normal, por lo que no entienden cómo funciona el mundo en la realidad.
2a) La élite tiene un gran orgullo moral. Piensan que tienen el poder porque son mejores moralmente e intelectualmente que todos los demás. Ven su poder como algo benévolo para la humanidad y aumentar su poder sólo puede producir el bien.
2b) Sin embargo, la élite es profundamente corrupta desde el punto de vista moral. Personas que nunca han tenido límite a la realización de sus deseos egoístas, practican todo tipo de degeneraciones para intentar llenar una vida vacía. Su interés está solo en ellos, ven a los otros como instrumentos y no les importa destruir a quien sea para satisfacer sus intereses egoístas y sus delirios de grandeza.
Debido a todo lo anterior, la élite produce destrucción tras destrucción sin plantearse que debe reflexionar y cambiar de rumbo (por ejemplo, los desastres en Irak y en Libia no les impedieron meterse en Siria de la misma manera). Si algo no funciona es culpa de los demás que que no son dignos de desatarle las sandalias a los miembros de la élite y no saben entender la inmensa inteligencia y la inmensa bondad de los planes de la élite .
Debido a todo lo anterior, la élite tiende a análisis simplistas de la realidad basadas en la religión progre (que, como se verá más adelante, es su justificación del poder). Todo el mundo puede llegar a tener el bienestar de la élite, si aplica las recetas que la élite les da. Para usar un chiste, esta gente piensa: «No sé cómo hay pobres. Si todos hicieran com yo, nadie sería pobre». Por ello, la élite impulsa todo tipo de comportamientos antisociales que a ellos les funcionan (porque tienen dinero para evitar sus consecuencias negativas) pero que son un desastre para las clases media y baja (que no tienen el poder económico para permitirse esa degeneración).
Finalmente, la élite es profundamente insegura. Esto parecería una contradicción con lo dicho hasta ahora, pero no lo es. El orgullo intelectual y moral que tiene la élite es un falso orgullo, como el falso orgullo de un adolescente malcriado a quien se le ha dicho que es el mejor del mundo, pero que no ha hecho nada de valor en su vida. El orgullo encubre una gran inseguridad.
Los miembros de la élite saben, en el fondo, que no son tan inteligentes y no son tan buenos como proclaman. Pasan la vida intentando autoengañarse para esconder esa realidad a ellos mismos, pero la voz de la conciencia no se puede apagar completamente. Este conocimiento les lleva a dos tipos de acciones.
Por una parte, dado que la religión progre es la que define la virtud en nuestra sociedad, los miembros de la élite impulsan todo tipo de causas progres para demostrar a los otros y a ellos mismos que son virtuosos, que el poder que tienen se emplea para el bien. Compran indulgencias, por así decirlo. Es por eso que los multimillonarios tienen todo tipo de fundaciones donde los izquierdistas tienen montones de dinero para impulsar causas progres. Sin embargo, estas causas progres impulsadas con el dinero de la élite nunca implican la redistribución de la riqueza de la élite a otros actores y muchas veces implican la expansión de poder de la élite. (Es por eso que la izquierda, que no quiere molestar a sus donantes, ha pasado de reinvidicar la lucha de clases y la redistribución de la riqueza a reivindicar causas que no molestan e incluso favorecen a la élite: destrucción de la familia, feminimsmo, homosexuales, etc.). Ver el video de Hillary Clinton.
Por otra parte, los miembros de la élite están obsesionados con destruir a cualquiera que puede disputarles su poder, pues, en el fondo, saben que su poder no es merecido y se sienten inseguros en él. Esto explica su saña por destruir las clases medias, la Iglesia, los poderes nacionales, la familia, etc
*** Destrucción de la raza blanca
5. La coalición que usa la élite para aumentar su poder
Sin embargo, aun con su inmenso poder, la élite no puede conseguir el objetivo increíblemente ambicioso que tiene de establecer un gobierno mundial, por lo que necesita coaligarse con otros grupos, que le ayuden a conseguir los objetivos que desea. Por ello se crea una coalición con toda la gente que puede ayudar a la élite a conseguir sus objetivos. La coalición está formada de los siguientes grupos:
1) La élite global (el poder financiero y económico), compuesta entre otros:
los grandes banqueros mundiales (Rockefeller, Rotschild)
gente con mucho poder financiero (Soros)
alguna gente que dirige grandes corporaciones (Bill Gates de Microsoft, Zuckerberg de Facebook, Jebb Bezos de Amazon, etc.).
Estos son la élite, los dirigentes de la coalición y todos los demás se subordinan a ellos.
2) Poder político y administrativo nacional e internacional (los gerentes): políticos, funcionarios o gerentes de empresas multinacionales.
3) Poder cultural (los clérigos): es la gente que trabaja con ideas, la gente de la cultura (profesores, intelectuales, periodistas, profesionales del entretenimiento)
4) Gente con poco estatus natural (bioleninismo): immigrantes, feministas, homosexuales, transexuales, etc.
5) Los verdaderos creyentes. Estos son las personas que no tienen nada material que ganar, pero han sido adoctrinadas en la religión progre en la escuela y en los medios y creen fielmente en ella. Aunque hay una minoría de hipócritas, en general los anteriores grupos también creen en la religión progre, pero ellos sí que tienen algo material que ganar. Con frecuencia, los verdaderos creyentes van contra sus propios intereses reales al unirse a la coalición, aunque, como veremos a continuación, reciben intereses intangibles.
Esta coalición no es una coalición formal sino informal: no hay ninguna asociación o estructura de poder que los coordine. Que la coalición sea informal, la hace más eficiente a la hora de infiltrarse en las estructuras de poder tradicionales y más robusta a ataques, porque siempre puede negar su existencia.
Sin una estructura formal, los miembros de la coalición se coordinan porque todos trabajan en la misma dirección: para aumentar sus intereses propios (que coinciden) y para imponer la misma ideología (que, de nuevo, sirve para aumentar sus intereses propios).
Es decir, lo que une a esta coalición informal es los intereses propios y la religión progre.
En cuanto a los intereses propios, todos los miembros de la coalición reciben beneficios de luchar por los obejtivos de la coalición.
1)La élite consigue más poder, como hemos dicho.
2) Los funcionarios, gerentes, políticos y gente de la cultura obtienen buenos trabajos y, a veces, posiciones de poder.
3) La gente de poco estatus natural reciben leyes que les favorecen y un estatus superior al que tendrían de forma natural (así, por ejemplo, mientras que el homosexual ha sido despreciado en todas las sociedades humanas, hoy es admirado y celebrado, incluso más que el heterosexual).
4) Los verdaderos creyentes reciben buenos sentimientos (se creen buenos y virtuosos) y estatus social (pueden presumir de virtud: postureo moral). Y todo esto sin ser buenos realmente: sólo tienen que repetir los últimos eslóganes de la religión, lo que no cuesta ningún esfuerzo.
*** Parásitos
En cuanto el contenido de la religión progre (sus ideales y prácticas), se definen de forma que justifiquen la búsqueda de poder de esta coalición. Este uno de los motivos por el que, al contrario que las religiones tradicionales (que son estables durante milenios), la religión progre está cambiando continuamente. Así, la religión progre era antireligiosa y deploraba el velo islámico hasta que los musulmanes se incorporaron a la coalición: hoy es simplemente anticristiana y celebra el velo islámico como símbolo de liberación.
(Hay otro motivo también para que la religión progre cambie tan rápidamente, que no veremos aquí y que sólo se señala en lenguaje especializado, porque explicarlo tomaría mucho espacio. La debilidad de los dogmas y el caracter contradictorio de estos dogmas permite continuas espirales de santidad con el fin de aumentar el estatus propio. Estas espirales de santidad producen una eliminación constante de las excepciones sin fundamento, lo que hace que la religión varíe rápidamente. Este es el caso por ejemplo de los transexuales, cuyo número es tan minoritario que no aportan nada a la coalición en cuanto la lucha de poder, pero que han sido aceptados por la misma dinámica de señalar virtud que es inherente a la religión progre).
*** La coalición es un cardumen. White fragility.
El poder cultural (profesores, periodistas, gente del entretenimiento) difunde esta religión progre entre las mentes de la población. El poder político y administrativo la convierte en obligatoria, codificándola en las leyes, los reglamentos y los procedimientos.
6. Algunos aspectos de la religión progre
Describir esta religión progre está más allá del alcance de este escrito y se hará en otra ocasión, pero sería útil explicar sus características principales y su utilidad para la coalición:
1) La religión progre no se presenta como religión, sino como la verdad y la decencia básica. De esta forma, puede penetrar todos los aspectos de nuestra sociedad (leyes, escuelas, medios, vida diaria) y desplazar a las otras religiones, que son consideradas como parciales (mientras que la religión progre se presenta como neutral). El que la población acepte esto sin pensarlo es sólo un ejemplo del poder que puede tener el adoctrinamiento.
2) La religión establece como bien supremo que todos los miembros de la coalición hagan lo que quieran sin sentirse egoístas. A esto se le llama «libertad», pero no se extiende al pueblo en general sino sólo a los miembros de la coalición. Por ejemplo, un homosexual puede decir en la tele que la Iglesia es homófoba pero un obispo no puede decir por la tele que la homosexualidad es pecado. Se proclama la libertad y se aplica para los miembros de la coalición, pero a los que no son miembros de la coalición se les niega con todo tipo de excusas y sofismas (discurso de odio, etc.)
3) La religión establece como bien el parasitismo de la clase media, al que llama «igualdad». La igualdad consiste en subvencionar a la coalición (formada por la clase alta, la clase media-alta y a la gente de poco estatus natural) con los impuestos de la clase media y clase baja nativa (pues la clase alta tiene mil formas de evadir estos impuestos). Esta subvención toma mil formas. Para los immigrantes, se trata de ayudas sociales. Para los gerentes, se tratan de mil puestos de trabajos en el gobierno, las ONGs y la empresa que no aportan nada a la sociedad pero que se justifican en nombre de la igualdad: observatorios de la violencia de género, encargados de diversidad en grandes corporaciones, etc.
4) La religión progre considera el Estado como la solución a todos los problemas e intenta aumentar su poder lo máximo posible. Esto permite un mayor control de la población por parte de la coalición. Al mismo tiempo, desregula el mercado de trabajo, con lo que deja a la clase media y baja nativa a merced de la explotación, mientras que favorece a la élite y a los gerentes.
5) La religión progre es furiosamente anticristiana. Esto se debe a dos motivos:
a) La religión cristiana es obstáculo para la expansión de poder de la coalición en países occidentales, pues constituye una autoridad moral que se opone a la autoridad moral de la coalición, que se basa en la religión progre. Dado que la coalición usa la moral de la religión progre para justificar su dominio del poder, es vital que cualquier otra moral sea destruida.
b) La mayoría de los miembros de la coalición tienen actitudes anticristianas y el resto no es cristiano, por lo que el anticristianismo es un pegamento eficaz para unir la coalición, que es muy diversa. En efecto, en la élite global, los judíos tienen un peso desproporcionado y su rencor contra el cristianismo es bien conocido. La gente como feministas u homosexuales reprochan al cristianismo que el cristianismo apruebe una división de roles por sexo o que considere la homosexualidad un pecado. Otros miembros de la coalición están en contra del cristianismo porque pone barreras a la promiscuidad sexual. Finalmente, los musulmanes están en contra del cristianismo por razones obvias.
*** La liberación de la realidad contra el egoísmo. La falta de tradición. La cita de Thomas Sowell. La falta de feedback.
7. Conclusión.
En suma (y esto se explicará en otra parte), la religión progre es la religión del parasitismo. Se trata de una religión creada para favorecer a una coalición de parásitos que se benefician de la sociedad al máximo:
1) Robando dinero, poder y estatus a los que legítimamente debían poseerlos.
2) Destruyendo las normas y pilares que hacen posible una sociedad, sólo para satisfacer su propio egoísmo y ansia de poder a corto plazo.
Esto es análogo a un virus mortal que se alimenta de los nutrientes que necesita el cuerpo mientras que destruye los órganos vitales de este mismo cuerpo. Al final, el cuerpo morirá y el virus morirá con el cuerpo, pero, mientras dura, dura.
Si la civilización occidental tiene tantos parásitos de tanta variedad (y contradictorios unos por otros como los judíos con los musulmanes con los homosexuales), es simplemente porque está muerta. Un cuerpo muerto atrae todo tipo de parásitos: virus, bacterias, lombrices, etc.
La civilización occidental murió el momento que decidió abandonar el cristianismo. Ninguna civilización ha sobrevivido a la muerte de su religión fundacional. Lo que estamos viendo ahora es como el cuerpo muerto de Occidente se descompone y los parásitos de todos tipos consumen la riqueza y capital social acumulados después de dos mil años de cristianismo. Estas reservas no durarán para siempre pero, mientras dura, dura.