The plight of the whole army resembled that of a wounded animal which feels it is perishing and does not know what it is doing. To study the skillful tactics and aims of Napoleon and his army from the time it entered Moscow till it was destroyed is like studying the dying leaps and shudders of a mortally wounded animal. Very often a wounded animal, hearing a rustle, rushes straight at the hunter’s gun, runs forward and back again, and hastens its own end. Napoleon, under pressure from his whole army, did the same thing. The rustle of the battle of Tarutino frightened the beast, and it rushed forward onto the hunter’s gun, reached him, turned back, and finally- like any wild beast- ran back along the most disadvantageous and dangerous path, where the old scent was familiar.
During the whole of that period Napoleon, who seems to us to have been the leader of all these movements- as the figurehead of a ship may seem to a savage to guide the vessel- acted like a child who, holding a couple of strings inside a carriage, thinks he is driving it.
La situación del ejército era semejante a la de un animal herido que presiente su fin y no sabe qué hacer. Estudiar las hábiles maniobras de Napoleón y el objetivo perseguido desde su entrada en Moscú hasta el aniquilamiento de su ejército es lo mismo que estudiar el significado de los saltos y convulsiones de un animal herido de muerte. Muy a menudo el animal herido, al oír el más leve ruido, se lanza bajo los disparos del cazador, corre hacia delante, retrocede, y anticipa así su propio fin. Napoleón hizo lo mismo bajo la presión de todo su ejército. El eco de la batalla de Tarútino había espantado a la bestia. Corrió hasta ponerse a tiro, llegó donde estaba el cazador, volvió sobre sus pasos y por último, como todo animal, corrió por el camino más peligroso y difícil, siguiendo un rastro viejo y conocido.
Napoleón, que parece ser el organizador de todo aquel movimiento (así como el mascarón de proa, para el salvaje, es la fuerza que dirige la nave), durante ese período de su actuación fue semejante a un niño que, tirando de los cordones del interior de una carroza, se imagina que la dirige.