Yo deploro el comunismo o el socialismo, pero el artículo me parece lamentable.
Según el artículo, el problema no es que las nuevas generaciones no puedan permitirse poseer una casa, como sí lo hicieron las generaciones anteriores desde el inicio de los tiempos (en parte esto es causa de las regulaciones públicas).
El problema es que las nuevas generaciones desean una casa, no pueden y esto les hace rebeldes. Deben acostumbrarse a vivir de alquiler y estar felices con eso. Este es el futuro que nos preparan nuestras élites: no tengas trabajo estable, no tengas casa estable, vive día a día, libre como el viento. Muy bonito cuando uno es joven, pero después todo cambia.
Si les tiran del trabajo o pasan una mala racha, siempre hay albergues públicos. Esto se puede aplicar a cualquier problema: el problema no es la pobreza sino que los pobres no desean serlo y por eso se resienten.
Yo, cuando era de tu edad, estimado Aurelio, no quería una casa. Pasé viviendo de alquiler toda la vida. Así que, ahora que las fuerzas me abandonan y veo que voy para abajo, doy gracias a Dios que tengo una casa y que, si las cosas fueran mal y pierdo el trabajo, yo y mi familia al menos tenemos un sitio donde dormir, que nadie nos va a quitar.