1. Introducción
Si algo nos enseña la historia es que toda civilización acaba muriendo. Algunas mueren conquistadas por enemigos más poderosos (este sería el caso de la civilización azteca), pero las civilizaciones poderosas mueren de éxito, carcomidas por dentro por su propia decadencia, como el historiador Will Durant señalaba y Sir John Glubbs explicó.
Esta decadencia tiene causas que se han explicado en escritos anteriores. En breve, la prosperidad que trae una civilización exitosa y poderosa, hace que la civilización pueda permitirse dejar de oprimir a los instintos biológicos humanos (que están programados para el paleolítico y, por lo tanto, van contra la sociedad, que es neol´ítica). Sin esta represión, la gente acaba tomando comportamientos antisociales, destruyendo lo que la hace exitosa y es conquistada por otras que están pasando por una fase más pro-social. En este escrito, se explica este ciclo con más detalle.
Sin embargo, lo que vemos en la sociedad occidental no es una decadencia típica, como la que tuvo el Imperio Romano. La magnitud de la decadencia y la irracionalidad de la misma son algo sin parangón en la historia de la humanidad.
Comenzando por lo primero, la magnitud de la decadencia occidental se debe a una causa que se ha explicado en este escrito. Las diferentes olas de la Revolución Industrial han producido una cantidad de riqueza inmensamente superior a la del resto de la historia humana. Cuando hay más riqueza, los ciclos ascendentes y descendentes de las culturas son más pronunciados y, por lo tanto, la civilización occidental, después de alcanzar las cotas más altas de la historia humana, debía tener la decadencia más grande.
Pero esto deja sin explicar la completa irracionalidad de la decadencia occidental, donde se producen los comportamientos más locos y se aceptan los absurdos más grandes como verdades reveladas.
Así, por ejemplo, todas las sociedades han tenido una alta autoestima y se han considerado mejor que las demás, lo que no sólo es sano sino que es parte de la naturaleza humana. Por el contrario, la sociedad occidental es la única que se ve como la peor de todas las culturas humanas, como la causa de todo el mal del mundo y como un cáncer sobre el planeta. Es la única sociedad que destruye las estatuas de sus propios héroes del pasado, que mira con desaprobación a sus propios clásicos, la única que piensa que lo mejor es disolverse en una sociedad multicultural usando la inmigración descontrolada. Este impulso suicida no se ha registrado en ninguna otra sociedad de la historia.
Por poner otro ejemplo, un grado menor o mayor de feminismo es un rasgo común de las sociedades en decadencia, pero ninguna cultura ha negado la familia, la distinción biológica entre hombre y mujer o el hecho de que haya dos sexos. Y se podrían poner más ejemplos.
¿A qué se debe la irracionalidad de esta decadencia occidental? Este escrito intenta responder esta pregunta. Mientras los escritos anteriores se podían aplicar a todas las civilizaciones, aquí estamos interesados en las especificidades de la decadencia occidental, que son muy extrañas desde el punto de vista histórico.
2. ¿Cuál fue el inicio?
Es un hecho famoso que el premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa se preguntó una vez: «¿Cu´ando se jodió el Perú?» La pregunta aquí es «¿Cuándo se jodió la civilización occidental?»
Pero cada acontecimiento histórico tiene una causa, la cual tiene otra y así sucesivamente. Si uno intenta seguir estas causas, acaba en el jardín del Edén, lo que no es útil.
De hecho, el triunfo del disparate en Occidente tiene varios precedentes remotos. El San Agustín de los últimos años introdujo una versión exagerada del pecado original, que acabó explotando durante la Reforma protestante. Además, quizás la combinación de Aristóteles con la religión cristiana (que tuvo el tomismo como máximo exponente) no fue la mejor idea, porque acabó fomentando un racionalismo exagerado, que acabó destruyéndolo todo. Como reacción al tomismo, el nominalismo que nació en la Baja Edad Media hace imposible estructurar una visión del mundo de forma racional y subordina la verdad a la voluntad.
Explicar estos precedentes llevaría mucho tiempo, pero considero que estas no son las verdaderas causas del disparate occidental. Mi opinión personal que una civilización cristiana tomista es posible (esto fue la Edad Media) y también es posible una civilización cristiana nominalista (el islam es algo parecido).
En mi opinión, podemos identificar la causa del disparate occidental en un solo hombre. Y ese hombre es Martín Lutero, al que considero el segundo hombre más influyente en la historia de la civilización occidental, después de Cristo.
Aquí no estamos interesados en el pensamiento religioso de Lutero por sí mismo (muchas personas han hablado de esto y tendrán diferentes opiniones si son católicas, protestantes o no cristianas), sino el efecto de que su pensamiento tuvo sobre la cultura occidental secular.
3. Los cuatro venenos de Lutero
Simplemente, la tesis de este escrito es que, de forma inconsciente, Lutero introdujo en la civilización occidental ideas venenosas que ninguna civilización podría haber soportado. Estos venenos eran letales pero de efecto retardado. La civilización occidental está muriendo de estos venenos y de los efectos que produjeron.
De hecho, ni el mismo Lutero practicó de forma coherente estas ideas (Lutero es un pensador básicamente incoherente, que juega con fuerzas culturales inmensas que no comprende bien: un aprendiz de brujo). Ni tampoco lo hizo la iglesia luterana que él fundó ni muchas iglesias protestantes de hoy en día. Pero resurgieron en los cultos puritanos y, más adelante, se secularizaron en la Ilustración, que conquistó el poder, inundando toda la cultura occidental de hoy.
Los cuatro venenos principales que introdujo Lutero son los siguientes:
1. Sola Fide. La idea de que las obras no importan para la salvación (sino solo la fe) se acabó secularizando en la idea de «libertad» (es decir, uno puede obrar como quiera). Ninguna estructura (incluyendo ninguna sociedad) puede funcionar si las partes deciden hacer lo que quieren y es por eso que toda sociedad se basa en la idea del «deber», que es lo contrario de la libertad.
2. El sacerdocio universal. La idea de que todos los hombres pueden ser sacerdotes se secularizó en la idea de «igualdad», que es el contrario a la jerarquía que toda sociedad (y toda estructura) necesita para funcionar.
3. Sola Scriptura (también llamada «el libre examen»). Quizás es la idea más venenosa. La idea de que cada uno puede interpretar la Biblia como lo considere se seculariza en la idea del «relativismo», que es una idea que se contradice a sí misma y es especialmente perniciosa. Si cada uno tiene su verdad, es imposible estructurar una sociedad, que es algo que se basa en una concepción compartida de la verdad.
4. El rechazo de la tradición. Lutero rechazó la tradición religiosa que tenía 1500 siglos, reemplazándola por la interpretación de la Biblia que cada uno podía tener y que comenzaba desde cero. Esta idea se secularizó en la idea del «progreso», por la cual cualquier tradición que ha funcionado durante milenios se puede desechar rápidamente si se nos ocurre otra cosa que suene bien. Esta es una receta para el desastre para cualquier cultura.
Toda civilización necesita unos mínimos, entre los cuales se encuentra el deber, la jerarquía, la verdad absoluta compartida y la tradición. Sólo con que falte una de estas cosas, la civilización está condenada. Lutero introdujo sus cuatro opuestos, que son la libertad, la igualdad, el relativismo y el progreso. Ninguna civilización, por fuerte que sea, puede sobrevivir esta cantidad de veneno.
4. Matices sobre Lutero y las iglesias protestantes
De nuevo, es importante remarcar que las iglesias protestantes no siguen esas ideas como se han explicado. Por ejemplo, si hablamos de Sola Fide, la práctica totalidad de las iglesias protestantes dicen que las buenas obras no proporcionan la salvación pero hay que hacerlas por otras razones (por amor a Dios, como signo de salvación u otros motivos).
Pero quedó escrita la idea de que Lutero dijo de “Sé un pecador, y peca fuertemente, pero que tu confianza esté aún más fuerte en Cristo… Ningún pecado puede separarnos de Él, incluso si cometemos asesinato o adulterio miles de veces cada día”. Las iglesias protestantes matizaron o interpretaron eso, pero, siendo Lutero la base del mundo protestante, esta frase quedó «canonizada» por haberla escrito él y a disposición de quien quisiera utilizarla.
De la misma manera, el sacerdocio universal no es seguido por la iglesia luterana, que sigue teniendo una jerarquía parecida a la católica. Sin embargo, los puritanos se basaron en esa idea de Lutero para crear sus iglesias congregacionalistas, donde no hay jerarquía, y esto pasó a la idea de igualdad en la Ilustración y el mundo moderno.
En general, Lutero escribió mucho y no es un pensador coherente sino más bien un polemista y un pastor (Calvino, que sí era un pensador sistemático, intentó hacer coherentes las ideas de Lutero). De hecho, estoy seguro de que no se daba cuenta de las inmensas consecuencias de las ideas que promulgaba: sólo usaba estas ideas para ganar polémicas o con motivos pastorales.
Las iglesias protestantes, con buen tino, intentaron tomar de Lutero lo que consideraron bueno y dejar lo otro. Sin embargo, las ideas venenosas estaban ahí y fueron retomadas por los puritanos, por la Ilustración y por el mundo actual.
5. ¿Por qué se tardó tanto?
Hemos dicho que ninguna civilización, por fuerte que sea, puede sobrevivir a los cuatro venenos que introdujo Lutero. Esto plantea la pregunta de por qué la civilización occidental ha durado tanto (hasta el momento, 500 años después de Lutero).
Esto se debe a tres causas:
1. Por una parte, como se dijo, la riqueza que produjo la Revolución Industrial es algo sin parangón en la historia de la humanidad. La civilización occidental ha podido financiar las consecuencias de la decadencia con esa riqueza adicional. Por poner un ejemplo, cualquier cultura tradicional hubiera sido incapaz de soportar la cantidad de hijos sin padre que tiene nuestra cultura. Sin embargo, nosotros tenemos riqueza para dar subvenciones a las madres solteras. Esto hace que la decadencia no se vea, pues no se ven muchos de sus efectos.
2. Por otra parte, mucha de la decadencia sí se ve, pero se va asumiendo como natural, siguiendo el ejemplo de la rana que se cuece lentamente. Así, la cantidad de crímenes e infelicidad serían considerados intolerables en otro tipo de sociedad. A finales del siglo XIX, los londineses estaban aterrorizados porque la criminalidad era alta: había un asesinato por mes en Londres. Obviamente considerarían una sociedad apocalíptica si vieran la criminalidad en Londres en nuestros días.
3. Además, las ideas de Lutero tardaron mucho en prosperar y volverse mayoritarias. Al principio, ni las mismas iglesias protestantes tomaron esas ideas o, si lo hicieron, lo hicieron de forma más moderada. Después las iglesias puritanas comenzaron a hacerlo de forma más coherente.
Y después estos venenos se secularizaron con la Ilustración, pero las ideas ilustradas solo tomaron el poder a finales del siglo XVIII (con las revoluciones burguesas) en dos países: Francia y Estados Unidos. De ahí, estas ideas ilustradas se fueron extendiendo de dos maneras. Primero, conquistaron otros países, lo que no estuvo completado hasta 1945, final de la Segunda Guerra Mundial. Segundo, se extendieron dentro de cada país de las élites a la población. Esto fue muy lento y sólo se consiguió hasta los años 60, usando la escolarización obligatoria y los medios de comunicación.
4. Finalmente, las ideas no se han aplicado del todo: es imposible hacerlo sin que la sociedad colapse inmediatamente. Se han asimilado como la verdad evidente, pero la gente se autoengaña pensando que se aplican tal cual.
6. La civilización occidental moderna se basa en el autoengaño
De hecho, la historia de la civilización occidental en los últimos siglos se puede resumir como el intento de autoengañarse para creer que se aplican ideas imposibles de aplicar.
Las ideas de libertad, igualdad y relativismo nunca se aplicaron. No sólo son imposibles de aplicar sino que son disolventes para la sociedad.
El sistema llamado «democracia liberal» se creó para engañar a la población diciendo que tiene libertad, igualdad y relativismo cuando no la tiene.
La gente piensa que tiene libertad porque vota cada cuatro años, pero hay toda una serie de mecanismos explicados en este escrito que hacen que, vote lo que la gente vote, se haga lo que desea la élite. Vean también este estudio.
Además de estas decisiones políticas, están las decisiones administrativas. Un inmenso aparato de funcionariado que nadie elige decide las decisiones que aplican a la población. Entonces, no se tiene libertad, sino la apariencia de libertad.
Esto también se aplica a la idea de igualdad. No sólo se tiene más desigualdad económica que en cualquier momento de la historia, sino que las decisiones se toman por gente que el pueblo ni conoce. Sin embargo, el pueblo cree que hay igualdad porque tiene la posibilidad de elegir a los servidores del poder cada cuatro años.
Lo mismo se aplica para el relativismo. Con la idea del relativismo se destruyeron muchas creencias tradicionales, pero no se aplica a nuevas creencias que favorecen al poder (la igualdad entre sexos y razas no es algo que se pueda discrepar). Toda opinión diferente del discurso oficial es catalogada como «discurso de odio» y se prohíbe, si es que las personas no se autocensuras.
La idea de progreso es la única que se ha aplicado. El progreso significa en la práctica el rechazo de cualquier costumbre tradicional útil para implementar la última innovación desastrosa que nos hace más dependientes del poder.
Si las ideas venenosas no se aplican totalmente, ¿por qué son tan venenosas? ¿No son simplemente una mentira piadosa para una sociedad que funciona como cualquier otra pero jura defender lo contrario?
Son tan venenosas porque son mentira. Es decir, el sistema puede sostenerse por un tiempo basado en la mentira, pero siempre hay alguien que encuentra una incoherencia y tiene la lógica de su lado. Esto hace que el sistema esté continuamente en una huida hacia adelante (cuando no preparando una revolución), intentando aplicar ideas imposibles. Por otra parte, esta incoherencia es utilizada por el poder para destruir el sistema.
ENLAZAR CON EL TEMA DE PORQUÉ SE ALEJA SIEMPRE DE LA LEY NATURAL (TEORÍA DE CAUSAS).
TAMBIÉN ETICA JUGAAD
9. Las dos religiones que no se presentan como tal
La revolución protestante abrió una herida en el alma de la Cristiandad Occidental, que nunca se curó. El libre examen de Lutero (cada uno podía interpretar las Escrituras como considerara conveniente) hizo que:
1. Lo que antes había sido un camino único, una verdad única, una unanimidad social, que podía servir para basar las leyes; ahora se convirtió en una multitud de caminos diferentes y contradictorios. De repente, ya no había unanimidad para decir cuál era la ideología que debía seguir un Estado en sus leyes.
2. Lo que es más: ahora el individuo se sentía con derecho a elegir su propia religión, que podía ser diferente a la del vecino y que podía expresar públicamente. Esto acabó considerándose un derecho inalienable.
¿Qué hacer cuando tienes diferentes religiones públicas en un mismo país y no puedes dejar una como religión oficial y las otras como toleradas? Se intentaron diversas soluciones. La primera fue la guerra para conquistar a los territorios con otra religión (guerra que fue fomentada por la formación del Estado moderno, pero esto es otra historia). Pero al final, después de mucha sangre, se decidió que todo el mundo debería tener libertad de religión y que no podía haber una religión oficial. Este es el origen de la separación de Iglesia y Estado.
Pero siempre hay una religión oficial en un Estado. Las leyes deben fundarse en una noción del bien y el mal, que es una religión. Entonces Occidente había decidido que no debía haber una religión oficial, pero era imposible que no hubiera una religión oficial. ¿Qué hacer ante este conflicto insoluble?
La solución fue el autoengaño. Occidente adoptó una religión oficial (el liberalismo), autoengañándose de que no estaba adoptando ninguna religión oficial. El liberalismo triunfó como religión oficial en parte porque no parecía una religión (o, al menos, no lo parecía a unos occidentales impregnados de cristianismo): no tenía dioses, ni espíritus, ni vida después de la muerte, no tenía escrituras sagradas (las Constituciones y los Derechos Humanos se consideraron documentos legales), ni siquiera tenía nombre. Uno de los problemas de estos escritos es encontrar un nombre para esta religión: a veces lo llamo liberalismo, progresismo o religión de la Ilustración (pero no hay ningún nombre adecuado). El hombre de la calle no ve esto como una religión, ni siquiera como una ideología, sólo tiene su cabeza llena de los conceptos de libertad, igualdad y progreso. Para más inri, estos conceptos son muy vagos, relativos y relativistas, por lo que no parecen parte de una religión. De hecho, como hemos visto, son dogmas que no son dogmas.
Una vez los burgueses adoptaron el liberalismo como una propaganda para sus revoluciones y estas revoluciones vencieron el liberalismo fue consagrado como religión de la sociedad. Sin embargo, una ideología tan relativista y vácua no podía servir como religión oficial. Más allá de la avaricia y la democracia que habían vencido con las revoluciones burguesas, la religión real que inspiraba las leyes no políticas ni económicas era el cristianismo, que seguía siendo mayoritario en la sociedad.
Este es el punto dulce donde los conceptos de neutralidad del Estado y libertad de expresión tienen éxito. En realidad, todas las personas están de acuerdo en los mismos valores (los valores cristianos). Las leyes se hacen siguiendo estos valores, por lo que estos valores son la religión oficial. Hay diferencias entre el culto privado de cada uno (gente de diferentes religiones, gente que no lo es) y otras diferencias que no son importantes (algunos son de izquierdas, otros son de derechas). Pero estas diferencias no son importantes en las leyes. Así que el Estado parece neutral porque gobierna a gusto de todos (pero no es neutral: simplemente la gente tiene valores muy parecidos y el Estado gobierna parcialmente a favor de estos valores).
En España, este momento dulce se dio en la transición y los años 80.
El éxito de las causas cambió eso. Cada causa que ganaba se alejaba de la ley natural y del pasado cristiano. De repente, la religión oficial se había alejado tanto de los cristianos (o de los que había conservado los valores cristianos de forma no religiosa) que ya no había imaginaria neutralidad posible. El Estado (y las multinacionales que cooptó) comenzaron a aplicar la censura a todo aquello que se salía de forma muy pronunciada de la religión oficial.
Una vez la nueva religión oficial fue perfilándose, tampoco se presentó como una religión oficial, sino se justificó como libertad, igualdad y progreso y estos como la libertad y decencia básicas.
Cada vez más dogmas alejados de la realidad y cada vez más contradicciones entre ellos.
Un frenopático perverso.
Destruyendo.
Las sociedades han evolucionado en el sentido de conferir a las personas
de tener propiedad es la no li
tomar el poder que antes tenía la aristocracia.
Las causas como destrucción de la sociedad y como las religiones tradicionales no lo permitían
Estos
Las causas eran menos dañinas
- No iban contra la ley natural
Las causas eran menos abundantes
No podían ir contra la ley natural
no tanta necesidad (beneficios en otras partes)
Las causas eran menos minoritarias
Más costo, más beneficio,
Lutero fe.
Calvinismo. Maniqueísmo.
Evangelio social.
Se extienden durante
—
Por una parte no todas las causas eran posibles. Dogmas. No violar la ley natural. También esto era fomentado con la falta de dinero. Esto significaba que las únicas causas posibles eran las de reforzar la religión oficial, lo que, de alguna manera, reforzaba la ley natural. Fariseísmo, fundamentalismo, egipto callo en la frente, awakenings.
Por otra parte, las causas necesitaban acción y no sólo palabra, con lo que la relación era peor. Lutero cambió esto.
Por otra parte, la lucha era espiritual y no política y había menos dinero por lo que no había tantos beneficios tangibles. No millones de la población chupando del bote.
Examinar los beneficios intangibles.
El cristianismo puso especial restricción por la doctrina del pecado original.