Así se domina el mundo

La Tribuna de Cartagena hizo el 3 de febrero de 2018 una entrevista a Pedro Baños, coronel del Ejército de Tierra y Diplomado de Estado Mayor, uno de los mayores especialistas españoles en Geopolítica, con motivo de su libro «Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial” (para ver el abultado currículum del coronel ver al final de este texto).

La entrevista (que se puede consultar aquí) es muy larga, pero se ha decidido resumir los aspectos más importantes aquí.


Muchísimas gracias por atender a La Tribuna de Cartagena, coronel. Ha escrito usted un libro interesantísimo; analiza usted desde los estados y las organizaciones supranacionales hasta la mente del individuo. Es un mundo complejo ¿Qué actores son los más importantes dentro de esta complejidad?

Yo sigo pensando que los estados. Por encima de todo, los estados. Se habla de los agentes no estatales, el terrorismo no estatal… pero los principales agentes son los estados. […]

España, se puede entrever dentro de su libro, que es un estado mariachi….

Sí, hay que pensar que aquí hay los típicos matoncillos de patio del colegio. Pero los líderes del patio del colegio son muy pocos, todos los demás hacemos la ola. […] a nosotros nos ha tocado el bando de EE.UU. […]

Estamos también con otros actores, como son las organizaciones supranacionales, como la UE, o incluso la OTAN se podría contar como tal ¿Están estas organizaciones tomando forma de estado independiente, o son claras herramientas de los estados fuertes, de los «matones del colegio»?

Son herramientas. Primero hay unas organizaciones internacionales donde no se pierde soberanía, otras supranacionales como es la UE donde, teóricamente, se pierde soberanía, pero vemos que hay parte de la soberanía que se retiene a toda costa por parte de los estados, como es el caso de las fuerzas armadas. Se puede decir que la pérdida de soberanía es parcial, incluso dentro de la UE hay países que se niegan a seguir algunas de las directrices marcadas por Bruselas.

Pero es verdad que, en el caso de la OTAN, es un instrumento geopolítico en manos de EEUU, que es el que más aporta en todos los órdenes. No sólo en términos econ[Img #9264]ómicos sino también de material. […]

Para hacernos una idea; la armada de EE.UU. es más poderosa que todo el resto de las armadas del mundo juntas, no de las europeas juntas, sino de todas las armadas del mundo juntas. Con lo cual estamos hablando de jugar en ligas completamente diferentes. El presupuesto americano de defensa es casi 100 veces el de España, para calcular la diferencia (risa). […]

 

Afirma usted que España es un estado mariachi -incluso dentro de la UE-. Pero España era un país que estaba industrializado, que tenía sus parámetros bien organizados, su empleo, su industria, su PIB… Para entrar en la UE nos obligaron a desindustrializarnos ¿Se puede decir que nos quitaron una escalera que era nuestra y que ahora no nos dejan subir?

Buena pregunta, porque hoy en día hay una sensación rara. Siendo verdad que hemos ganado muchas cosas -como infraestructuras y demás- por otro lado la vida se ha encarecido mucho desde la entrada del euro. Porque los sueldos prácticamente no han subido pero si ha subido todo lo demás. […] Simplemente hay que ver los alquileres en Madrid, en comparación con los sueldos.  Hay mucha gente que empieza a verlo con mucho recelo. Son esos recelos, esas desilusiones, lo que fomentan el auge de extremismos políticos, enmarcando también, dentro de ellos, el nacionalismo. […]

El «Lawfare», que como explica en su libro es el uso de las leyes contra la soberanía de otros países ¿qué incidencia está teniendo en España dentro de la UE? Porque ya tenemos muchos aspectos en los que no somos soberanos, ni en la economía, ni en la moneda, ni en la defensa…

No hay un objetivo claro de perjudicar a España, ni mucho menos. Pero es verdad que las leyes internacionales, que el derecho internacional, es una herramienta más en manos de los poderosos, que son los que lo pueden ejercer. […]

¿A África…?

Como África. Es una realidad, lo estamos viendo ¿Por qué ahora mismo no se está interviniendo en la República Democrática del Congo cuando hay un desastre humanitario gigantesco? O, lo mismo, en Yemen. En Yemen, como quien está atacando es Arabia Saudí y evidentemente es aliado de los poderosos, no hay interés casi ni de que aparezca en las noticias, en los telediarios… En cambio en otros conflictos en los que hay interés, nos machacan sistemáticamente con ese tipo de noticias. […]

¿Están los poderosos luchando  contra los vestigios de la URSS?

[Img #9268]

Sí, en cierto modo la guerra fría no ha terminado. Hay escenarios clarísimos donde sigue vigente. Como es el escenario de Corea del Norte […]. Además de intereses económicos, como reflejo en mi libro, hay intereses ideológicos clarísimos.

No cabe duda que la guerra fría sigue en cierto modo vigente. Sobre todo ante una Rusia, que no es que quiera recuperar el esplendor absoluto que tuvo en su momento la URSS, pero sí es cierto que quiere tener parte de la influencia que llegó a tener la URSS; pero como EE.UU. intenta influir en toda América, en Europa o allí donde puede. Cuando nos dicen que parece que Rusia quiere conquistar el mundo, que quiere invadir a toda Europa, hay que ver que EE.UU. tiene cerca de 800 bases repartidas por todo el mundo. Vamos a ver el mapa, vamos a ser honestos y vamos a ver quién rodea a quién. […]

Desde que existe información existe desinformación, manipulación de la información. Desde el origen de los tiempos y a partir de la aparición de la imprenta, de una manera mucho más palpable. Hoy en día, con la tecnología actual, desde los medios de comunicación, se permite hacerlo de una manera diferente. Pero el procedimiento, la base, es exactamente la misma.

El otro día veía que iba a haber una comisión europea contra las fake news… pero vamos a ver, cualquiera que entienda un poco de qué va este mundo sabe que la primera fake news es la política y, la política institucional. Tanto estatal como comunitaria. Todos los días nos están bombardeando con noticias que no son ciertas. Nos dan una imagen que no corresponde con la realidad de los países. Ni sobre la realidad de Europa; eso son también fake news. Lo que pasa ahora, que parece que todos nuestros males tienen que provenir de Rusia, que parece quiere causarnos el mayor de los perjuicios, pues parece que únicamente Rusia elabora fake news. Y sin embargo es algo clásico, tradicional. […]

La información con más carga emocional ¿es al final la que más hondo cala?

Por supuesto, y curiosamente es más fácil jugar con las emociones y los sentimientos de lo que la gente se cree. Pongo ejemplos en el libro de cómo consiguen en 48 horas hacernos cambiar el modo de ver el mundo, es facilísimo.

Si, al final se basa todo en la comunicación persuasiva y las narrativas de corte emocional. En un sistema mediático es más barato y efectivo convencer a la gente que imponerle políticas por la fuerza. ¿Va a suponer este hecho un cambio en el campo marcial, lo ha supuesto ya?

Claro, hoy en día se basa sobre todo de hacer la guerra en la mente de las personas. Para que nos hagamos una idea un poco gráfica; la guerra siempre ha sido para doblegar voluntades. Doblegar las voluntades de los líderes, es decir, que el líder al final firmase la rendición. ¿Qué ponían los líderes en medio? A los ejércitos. Hoy en día se trata de sortear al ejército, atacando directamente a las poblaciones y a los líderes, y por supuesto a la mente de las poblaciones y la mente de los líderes. Si tú convences a las poblaciones que les lleve a forzar a sus líderes a tomar decisiones que beneficien al adversario, estás ganando la guerra.

[Img #9267]Afirma en el libro que todo de lo que estamos hablando, los estados, los poderes militares, el poder mediático… al final todo responde nada más que a razones económicas, a razones comerciales.

 

Todos los conflictos, todas las guerras tienen un componente económico. En algunos casos es el prioritario, en otros casos no lo es. Pero el económico es un componente que todos los conflictos tienen. Si hablamos ahora mismo del conflicto de Siria, del absoluto drama humanitario que hay allí, hay que ver cuestiones de trazados de gaseoductos y oleoductos. […] Se ve que siempre detrás de los conflictos hay un componente económico. En el libro lo explico, la guerra como se hace; con dinero, con dinero y con más dinero. Y el dinero que has gastado lo tienes que rentabilizar, y eso lo haces obteniendo beneficios económicos del conflicto en el que has entrado.

Coronel Baños, en su libro habla de beneficios económicos, de comercio, de las grandes masas de dinero, del sistema bancario, de la familia Rottchild -que precisamente se hizo lo grande que es gracias a la falacia que divulgó sobre la batalla de Waterloo- ¿Cómo está configurado a día de hoy el mundo, dentro y sobre los estados, en familias económicas?

El poder económico es muy importante, condiciona incluso a los propios estados. Sobre todo porque en algunos ambientes, sabes que nosotros, en el mundo católico, el tener dinero o el ser pudiente está mal visto; lo que se dice de que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos. En cambio si vas a mundo protestante, en general, está bien visto. El calvinista -como Rockefeller- piensa que cuanto más rico eres más aportas a la sociedad, por lo tanto ser rico es algo socialmente beneficioso.

En muchos países la unión entre la política y la economía es muy íntima. […] En el libro pongo ejemplos de cómo EE.UU. ha llevado a cabo golpes de estado para favorecer a sus empresas, para favorecer a sus industrias, principalmente las de energía. Evidentemente existe una fuerte relación entre el poder económico y el poder político. Hoy en día en EE.UU. las donaciones a los grandes partidos son secretas,  y se aportan grandes cantidades, y antes o después los receptores tendrán que devolver el favor. Hay que pensar que el poder, quien lo tiene, no aparece en ningún sitio.

La familia Rotchild se supone que se compone de unos doscientos miembros que nadie sabe ni quiénes son, ni dónde están, ni se sabe nada sobre ellos. Se dice que el poder lo tiene el Club Bilderbeg, pero el Club Bilderberg no es nadie, porque hay alguien detrás que lo maneja. Como en la Cumbre de Davos. De lo que podamos ver y nos puedan transmitir no es lo importante, lo importante son las reuniones en paralelo que se realizan. Hay gente que paga fortunas por poder participar en esas reuniones en petit comité que es donde realmente se manejan los hilos del mundo.

Al final, lo que somos los ciudadanos nos limitamos a producir y a consumir. Somos una especie de hámster dentro de una rueda.

Y muchas veces lo hacemos felices. Aunque sepamos que somos el hámster dentro de la rueda, estamos encantados no tener que preocuparnos de buscar la comida fuera. Sabemos lo complejo que es el mundo, sabemos cómo nos manejan, cómo nos manipulan… pero es muy fácil decir que los problemas los solucionen otros. Yo tengo mis problemas personales, mis problemas laborales en mi pequeño mundo, pero lo demás ¿Qué me abusan? Pues que me abusen.

Muchas veces es inconcebible como soportamos tales abusos, tanto de la política nacional como internacional. Además lo aceptamos con una pasividad absoluta. La gente dice ¿Cómo se pueden permitir estos casos de corrupción, estos escándalos? ¡Y en todos los niveles!

Esto es para que hubiese habido una revolución clarísima. En cambio nos tienen tan adormecidos, tan anestesiados… Como explico en mi libro hay muchos estados corruptos donde los poderes para poder ser muy corruptos tienen que permitir, a los de abajo, participar de pequeñas corruptelas, así parece que están todos en el mismo barco. Y no estamos todos en el mismo barco. […]

La gente llega a su casa cansada. Tiene sus problemas y su pequeño mundo. Nos ponemos frente al televisor y nos anestesian, nos bombardean con informaciones sobre lo que está pasando, pero no ni el porqué ni el para qué. Y cuando nos explican el porqué y el para qué son razones viciadas completamente. La gente, que no tiene por qué saber de estos temas, como yo no sé de cirugía del cerebro -por ejemplo- (a mí me pueden contar cualquier cosa de neurocirugía y me lo voy a creer), con estos temas que nos afectan a todos por igual, directa y permanentemente, la gente que no tiene por qué saber, y cuando intenta saber esta tan condicionado por  la información viciada que tampoco se va a enterar.

Al final es un sistema de valores que hay que creérselo. Tienes que comulgar con ello. Coronel, como apunta en su libro, el ser humano necesita de creencias metafísicas. Hay en el libro una cita de Freud que es determinante; retirar el cristianismo de Europa no se va a poder hacer, a no ser que se sustituya por un sistema de creencias exactamente igual, pero diferente ¿Estamos haciendo un tránsito las sociedades occidentales antes sociedades cristianas, hacia unas sociedades con otras creencias?

Sí, de hecho hay que pensar cómo se ha transformado el mundo en muy poco tiempo. El mundo que yo conocí, hace 40 años, no tiene nada que ver con el actual. El modelo social que había en España es completamente diferente. Que nadie piense que estos cambios surgen por generación espontánea. Hay agentes que lo van condicionando, que lo van transformando. No digo ni para mejor ni para peor, pero es una realidad. Además, como expongo en el libro, hay una pérdida de valores donde todo se cuestiona, todo se banaliza, todo es posible, todo es… y ¿por qué no?, llegará un momento en que habrá una sociedad completamente diferente. […]

En su libro comenta que las sociedades multiétnicas tienden a conflictos étnicos. Habla también en el libro de George Soros como percusor y mecenas de todas estas políticas de mentes y puertas abiertas ¿Cree que todas estas políticas pueden estar encaminadas a crear esta clase de conflictos étnicos dentro de los estados occidentales para ser más manejables?

Yo no lo descartaría. Lo que sí que es cierto es que la diversidad, que debería enriquecernos, muchas veces es utilizada para dividirnos. No es tampoco una fábula, lo cierto es que ahora mismo estos movimientos migratorios, en muchos casos de musulmanes, está rompiendo Europa. Se muestra con datos objetivos lo que está pasando. En estos países del grupo de Visegrado, principalmente en Polonia y en Hungría, donde las declaraciones de sus líderes políticos principales, como es el caso de Victor Orban (el primer ministro de Hungría) que ha dicho que no quiere un solo refugiado por el mero hecho de ser musulmanes. Están volviendo a levantar fronteras,  están construyéndose muros; ahora mismo hay doce muros fronterizos construyéndose en Europa. Estamos viendo que se rompe Europa porque ya no se cumplen las directrices de Bruselas. Estamos hablando de que se produce un desorden social una vez que se produce ese multiculturalismo. […]

[Img #9265]Sabemos entonces cómo el sistema nos está manejando. Sabemos cómo están atacando nuestras sociedades desde sitios abstractos, indescriptibles, pero con políticas bastante concretas. [

Hablamos de una juventud, en el caso de Túnez, que el 60% de los licenciados están en paro. Y sin ninguna perspectiva de trabajar en lo que han estudiado. En España no estamos de una manera muy diferente. Aquí tenemos una juventud que la tenemos adormecida, anestesiada, drogada, con el fin de que no surja esa revolución. Pero hay que ver lo que va a pasar a muy corto plazo. Tenemos una generación que en muchos casos no tiene capacidad para vivir por sí misma. Aunque esté trabajando, requiere de ayuda, o ayuda familiar o ayuda estatal.

Eso significa, aunque estén mantenidos artificialmente, muchos no están cotizando a la Seguridad Social ni el sistema de pensiones. Si nosotros los mayores vamos a tener difícil tener una pensión ellos directamente no lo van a  tener. Pensemos el monstruo que estamos creando. Estamos abocados a una revolución, y todavía no estamos aprendiendo la lección de lo que está sucediendo.[…]

He visto doctoras en nanotecnología trabajando de dependientas en una tienda…

El otro día me contaban que dos camareros de una cafetería de universidad, eran los dos licenciados, ingenieros. Muchas veces nos hablan de los logros en los últimos cuarenta años. Si lo analizamos con tranquilidad nos preguntamos ¿Dónde están los logros? En el año 77 los intereses hipotecarios estaban al 22%, hora están negativos. En aquel año, una familia, trabajando un solo miembro de la familia aportaba entre el 20-30% de su sueldo para pagar esa hipoteca y la pagaba entre cinco y diez años. Hoy en día, trabajando los dos padres, y aportando el 50% de los dos sueldos, esa misma hipoteca la pagan entre 30 y 50 años. Que me explique alguien en que hemos progresado; nos han hecho mucho más esclavos.

Y encima han roto la estructura familiar, nos han hecho más esclavos y más débiles.

Antes había movilidad social, que era uno de los pilares de la democracia. Una persona saliendo de las clases más humildes, trabajando, con honradez, con seriedad, echándole horas, pues esa persona podía pasar a clase media. Hoy en día es al revés; es la clase media la que está pasando a clase baja, y cada vez más. Hoy en día un joven lo más seguro, a pesar de toda la formación que tenga, puede que no salga en toda su vida de clase baja. No va a poder llegar a la clase media en la que vivían sus padres y sus abuelos.

En el año 77 una persona que  había terminado una carrera, una ingeniería, arquitectura, abogacía, era un señor de por vida, tenía la vida resuelta de por vida; podía tener cuántos hijos quisiera, varias casas, lugares de recreo… hoy en día muchísimos arquitectos están trabajando de falsos autónomos, encima ganando una miseria.

Me contaban un caso de una persona que tenía dos hijos con carreras técnicas que le decían “nos habéis engañado, hemos estudiado y no tenemos ni para vivir” y eran estudiantes de Matrículas de Honor. Ese es el monstruo que estamos creando.

Y después salen las fake news diciendo que todo va bien, que todo está mejorando, que todo es maravilloso y fantástico. En el año 77 el 3% de la población era licenciado superior, ahora más del 30% ¿Qué sucede? Que la gente con acceso a buenos puestos de trabajo, bien remunerados, sigue siendo el 3%. Que son los hijos de la gente pudiente, que ha podido estudiar en el extranjero, que hablan varios idiomas, han ido a universidades prestigiosas, esos evidentemente encuentran trabajo…

Todos estos monstruos que han creado que son las universidades de pueblo ¿Cuánta gente que estudia en esas universidades va a encontrar trabajo? Además muchas de esas carreras que se sabe desde el origen que no van a tener salidas laborales, que no van a ejercer nunca ¿De qué sirven? Sólo sirven para generar frustraciones.  Porque estamos haciendo dos enseñanzas diferentes. Porque no es lo mismo el que está estudiando en un colegio público de un barrio periférico de Madrid que el que está estudiando en un colegio exclusivo que cuesta de 500 a 1500 euros al mes. No es lo mismo ni por el círculo de relaciones, ni por enseñanza, ni por los idiomas que aprenden… estamos marcando una diferencia desde el principio.  Eso lo tienes que unir luego con la enseñanza posterior. Podemos mirar los hijos de nuestros políticos y ver cuántos están estudiando en una universidad de una pequeña provincia, o cuantos están estudiando en las mejores universidades en el extranjero.

Volvemos otra vez al tema de la desindustrialización de España. Esto es algo que se tenía que saber ¿Cómo se pueden hacer tantas universidades generando gente preparada académicamente para un sistema laboral que no los va a poder absorber?

Porque aquí no se hacen planteamientos a largo plazo, se hacen planteamientos políticos a corto plazo. Aquí hay intereses políticos, además intereses políticos muy localistas. En toda Europa.

Una de las debilidades, también de las ventajas, de la democracia es la alternancia en el poder. Mientras China hace planes estratégicos a 50 años vista, o Rusia, que no tiene que dar cuenta a ningún parlamento ni a ninguna oposición, nuestros políticos aquí están preocupados principalmente de ganar las siguientes elecciones, además de dar el codazo a su compañero de al lado para que no le vaya a quitar el puesto. Muchas veces es más fácil estar haciendo políticas que te garanticen un voto temporal para mantenerte o llegar al poder que estar haciendo políticas de estado, que igual te perjudican pero  benefician al país a largo plazo.

Para la ciudadanía lo más sencillo es “si en mi pueblo que tiene quinientos habitantes, me ponen un hospital y un helicóptero medicalizado, y me ponen cuatro UVIs móvil, pues ¡qué bueno es el alcalde! Pero no piensan que después puede ser un lastre económico. La gente se piensa que el dinero crece de los árboles, después no piensan que el alcalde tendrá que poner el suelo para construir cuatro veces más caro porque alguien tendrá que pagar el hospital, el helicóptero y las UVIs móvil, y lo van a pagar los hijos o los nietos de los que lo están disfrutando. Pero el político se ha mantenido en el poder unos cuantos años y ha triunfado personalmente. Pero no ha hecho un beneficio para el pueblo.

Al final son otras potencias vecinas las que se acaban beneficiando de esto. Porque si hay otros países que se dicen amigos y aliados que absorben nuestros médicos generados a mucho más bajo coste que en sus propios países, y se los están llevando allí a pagarles unos sueldos irrisorios en relación a su preparación. Después estamos viendo como desde países pudientes sí que llegan inversores y compran los terrenos del pueblo de ese alcalde porque ellos sí que pueden comprar una casita con esos precios de construcción a primera línea de mar

¿Están empobreciendo España artificialmente?

Sí, porque además nosotros nos estamos quedando principalmente para el sector servicios. Sí que es cierto que tenemos multinacionales fuertes, bancos fuertes. Pero es el sector servicios una parte muy sustancial, muy importante del PIB ¿Pero y si mañana cambia la situación? ¿Y si mañana, Dios no lo quiera, sufrimos varios atentados que hacen huir el turismo? ¿Y si se abren otras zonas de turismo, como los Balcanes, de que vamos a vivir nosotros? Como bien dices ¿Para qué quieres tres mil ingenieros si no hay fábricas donde trabajar? ¿Para qué miles de arquitectos si no hay edificios que construir? […]

Estamos generando capital humano de gran calidad para otros  a bajo coste. Para terminar; España, como ente socio político ha tenido que mutar sobre sí misma por lo menos tres veces en la historia para poder sobrevivir ¿Sobrevivirá España a los cambios a los que está expuesta?

Sobrevivirá ¿Sabes por qué? Por el pueblo español. Somos un pueblo, que aparte de ser generosos, tolerantes, que aceptamos la diversidad, somos un pueblo muy especial, que tenemos mucha imaginación. Somos un pueblo trabajador, que no nos achantamos por nada. [El autor de este blog no está de acuerdo. Mientras en Estados Unidos se matan a trabajar, en España se intenta trabajar lo menos posible. Es un país lleno de bares.] Y lo demostramos cuando salimos a cualquier sitio. Somos un pueblo capaz de con cuatro alambres hacer un coche. [En eso los cubanos son los líderes mundiales]

[…] El pueblo español sabrá salir adelante. No con nuestros dirigentes, digo con el pueblo español. [Es increíble como un pueblo tan excelente ha producido unos dirigentes tan nefastos] […] Somos diferentes, yo he dado muchas vueltas por el mundo, la capacidad creativa, de iniciativa de imaginación que tiene el pueblo español lo tienen muy pocos pueblos en el mundo. [Pero este es el mismo pueblo incapaz de entender que poner el hospital, el helicóptero y la UVI móvil lleva a que le suban los impuestos a uno]

Sigo teniendo mucha esperanza y mucha fe en el pueblo español que es el mejor valor que tenemos en España.


Pedro Baños Bajo, coronel del Ejército de Tierra y Diplomado de Estado Mayor, es uno de los mayores especialistas en Geopolítica, Estrategia, Defensa, Seguridad, Terrorismo, Inteligencia y Relaciones Internacionales a nivel mundial; su situación militar de reserva es uno de esos lujos que España no debería permitirse. Ha sido jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo, en Estrasburgo y profesor de Estrategia y Relaciones Internacionales en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, perteneciente al Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, en Madrid. Durante la presidencia española de la Unión Europea fue miembro del equipo de la Dirección General de Política de Defensa, del Ministerio de Defensa. Estuvo al frente de la División de Asuntos Estratégicos y Seguridad, de la Secretaría General de Política de Defensa, como Jefe del Área de Análisis Geopolítico. Fue asesor militar en el Parlamento Europeo. Ha cursado estudios en España, Alemania, Francia, Estados Unidos, Bélgica, Turquía, Reino Unido, Israel y China y, en la actualidad colabora con medios de comunicación e imparte conferencias en universidades y fundaciones -tanto en España como en el extranjero- sobre Estrategia, Geopolítica, Inteligencia, Terrorismo, Relaciones Internacionales, Defensa y Seguridad.

 

Harold Bloom sobre la tradición judeocristiana

Quería dejar claro en el libro que no existe una tradición judeocristiana. Esto es absolutamente ridículo. Y sorprendentemente hay dos cosas que he dicho  cuando me he dirigido a públicos judíos durante toda mi vida, por ejemplo, en el Seminario Teológico Judío o sitios similares y siempre se enfurecen conmigo. Pero las dos son ciertas.

Una es que en ningún pasaje de la Tanak [nombre que recibe el Antiguo Testamento en la tradición judía] dice que un pueblo entero puede santificarse mediante el estudio de los textos. Eso es una idea puramente platónica y viene de las leyes de Platón. Esto muestra simplemente lo completamente platonizados que estaban los rabinos [líderes religiosos judíos] del segundo siglo.

La otra, que digo en este libro y que ya ha ofendido algo, es que, de hecho, el judaísmo, que es un producto del segundo siglo de nuestra era (y es urdido por gente como Aquiba y sus amigos y oponentes como Ismael y Tarfón y los demás) es una religión más joven que el cristianismo. El cristianismo existe en alguna forma en el primer siglo de nuestra era. Lo que hoy llamamos judaísmo aparece en el segundo siglo de nuestra era. El cristianismo es la religión más antigua, aunque los judíos se enfurecen cuando les dices esto.

La Libertad de Expresión en nuestra sociedad

Comentario de Alfonso García sobre la reciente polémica sobre la retirada de unas obras en la feria de arte ARCO o la condena a un rapero con letras violentas.

«Cadena SER, esta misma mañana. Bloque informativo sobre agresiones a la libertad de expresión. Pepa Bueno, haciendo perceptibles esfuerzos para contener la indignación, dibuja un panorama de neofascismo rampante. Vivimos en un país en el que a un inofensivo rapero le puede caer una condena de prisión por fantasear sobre sesos de guardias civiles estampados contra los cristales de sus coches patrulla o bombas en plazas de toros. Vivimos en un país en el que se puede secuestrar, tres años después de la edición, un libro en el que a un señor no le ha gustado verse retratado como narcotraficante. Vivimos en un país en el que se retiran de exposiciones artísticas obras que denuncian la situación de los presos políticos (sic) en el Estado (sic). Y encima la Ley Mordaza (otra vez sic), con, al parecer, decenas y decenas de miles de sanciones administrativas aplicadas ya en contra de los inocentes desahogos de los pobres ciudadanos.

Pepa casi ha conseguido conmoverme, llevarme a compartir toda su ira justiciera. Que salga a la calle casi con la convicción de que voy a ver a las fuerzas y cuerpos repartiendo porrazos a discreción por las calles. Aleatoriamente, casi con carácter preventivo. Seguro de que pueden irrumpir brutalmente en el hogar de cualquiera y llevarse detenido a alguien porque ha publicado un «tuit» diciendo que el concejal de cultura por el PP en Navalagamella es feo y además está calvo.

El speech de Pepa Bueno es interrumpido por un bloque de publicidad comercial y corporativa (en el que destaca la promoción del «Libro de Estilo de la Cadena SER», con una voz muy solemne detallando el apartado en el que se determina el modo correcto de usar la toponimia autonómica). Al regreso, Pepa, que sigue igual de tensa, detalla, ahora enfocándolo desde el punto de vista de las iniciativas loables, otras cuestiones que atañen a las cosas que expresa gente, incluso desde un pasado que empieza a ser remoto, pero que ya no son tan defendibles como lo del derecho del rapero catalán a soñar con ejecuciones sumarias.

Por ejemplo, glosa del artículo de una autora feminista, en «El País», sobre la posible conveniencia de prohibir la novela «Lolita», de Vladimir Nabokov. A continuación, nuevas propuestas para ampliar la Ley de Memoria Histórica con sanciones de cárcel para cualquiera que exprese una opinión complaciente o tibia, no condenatoria, de cualquier cosa relacionada con el régimen de Franco. Inmediatamente, altavoz para demandas restrictivas de representantes del colectivo LGTBI, proponiendo que determinadas alusiones que entienden como ofensivas para su sensibilidad, desaparezcan para siempre de cualquier medio de comunicación, bajo amenaza de sanciones gordísimas.

Antes de pasar al bloque informativo sobre la huelga feminista del 8 de marzo, Pepa nos cuenta las últimas iniciativas de las activistas de «me too» y nuevos avances en la implantación del lenguaje paritario en los ámbitos educativo y mediático, con advertencia de más sanciones para quien se resista a adoptarlo.»

Alfonso García

El callejón sin salida de la Física moderna

1. Historia de las teorías de la unificación

Para saber por qué la física moderna ha llegado a un callejón sin salida, tenemos que retroceder a mediados del siglo XIX.

En aquel tiempo, se conocían tres tipos de fuerzas en el Universo: la gravedad, la electricidad y el magnetismo. Toda fuerza en el universo podía reducirse a uno de estos tres tipos de fuerzas.

Así, por ejemplo, cuando uno sostiene una piedra con la mano, hay una fuerza para abajo (la gravedad de la Tierra) y una fuerza para arriba (la oposición eléctrica entre los electrones de la mano y los electrones de la piedra), que se cancelan exactamente por ser de la misma intensidad y sentido opuesto, por lo que la piedra permanece inmóvil.

Cada uno de estos tres tipos de fuerzas tenía sus propias ecuaciones (en caso de la gravedad, las ecuaciones de Newton) y sus propias características.

La historia comienza en 1865, cuando el científico James Clerk Maxwell publica un conjunto de ecuaciones que gobiernan al mismo tiempo la electricidad y el magnetismo. Con ellas demuestra que la electricidad y el magnetismo no son dos tipos de fuerzas diferentes sino las dos caras de un mismo tipo de fuerza: el electromagnetismo, que se expresa en ciertas ocasiones como electricidad y en otras ocasiones como magnetismo.

Además, las ecuaciones definían la existencia de ondas electromagnéticas que, más tarde, se identificaron con la luz, tanto visible (rojo, azul, violeta, etc) como invisible (infrarrojo, ultravioleta, microondas, ondas de radio, etc). Así que, de carambola, Maxwell explicó la naturaleza de la luz.

Figura 1. Maxwell, el genio que revolucionó el mundo con un conjunto de ecuaciones. Seguro que era de Apple.

Esto fue un avance revolucionario (un enorme «breakthrough», Miquel). De las ecuaciones de Maxwell se deriva toda la electrónica, informática y comunicación modernas. Cada vez que sostienes el iPhone en tus manos compruebas el inmenso poder de esas ecuaciones para crear artefactos insuperables.

Así, después de la unificación de Maxwell, quedaron dos fuerzas en el universo: la gravedad (regida por la teoría de Newton) y el electromagnetismo (regida por la teoría de Maxwell).

Durante la primera mitad del siglo XX aparecieron dos teorías matemáticas que explicaban mejor el comportamiento de estos dos tipos de fuerzas. Para la gravedad, apareció la relatividad general de Einstein. Para el electromagnetismo, apareció la física cuántica (con gente como Planck, Schrödinger, Heisenberg, Max Born y el mismo Einstein, que fue uno de sus pioneros y su mayor oponente). Las teorías de Newton y de Maxwell siguieron siendo aplicables para la inmensa mayoría de los casos cotidianos, pero las nuevas teorías explicaban mejor los casos no cotidianos, por lo que pueden considerarse una generalización de las teorías antiguas.

Figura 2. Los científicos que crearon la física cuántica. Después de esa generación de genios, ya nadie ni nada los ha igualado, excepto Steve Jobs.

Ahora bien, mucha gente (entre la que me incluyo) considera sumamente desagradable que existan dos tipos de fuerzas diferentes y dos teorías diferentes que las rigen. Por tres razones:

  • Para comenzar, ¿por qué dos tipos de fuerzas? Dos es un número realmente feo y poco elegante. Uno es el número más elegante, más sencillo desde el punto de vista matemático.
  • ¿Por qué dos teorías diferentes? La realidad física es sólo una y única. ¿Por qué necesitamos dos teorías para explicarla?
  • Para más inri, la relatividad general y la física cuántica son teorías incompatibles. No pueden ser las dos ciertas a la vez (pero sí pueden ser las dos falsas a la vez). Es sumamente desagradable que para explicar la realidad tengamos que usar dos teorías incompatibles entre ellas, cuando la realidad física es única y compatible con ella misma.

¿No sería posible unificar las dos fuerzas en una sola teoría con un conjunto único de ecuaciones, de la misma forma que hizo Maxwell con la electricidad y el magnetismo? Si así fuera, la gravedad y el electromagnetismo no serían dos tipos de fuerza sino dos caras del mismo tipo de fuerzas, con una sola teoría.

Eso sería mucho más elegante y bonito. Tendríamos una «teoría del todo», una teoría que explicaría toda la física. Una realidad, un tipo de fuerza, una teoría. Un anillo para gobernarlos a todos.

Como decían los antepasados, «el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones». Esa bella idea de unificar todas las fuerzas en una sola teoría iba a ser el agujero negro que se iba a tragar toda la Física moderna.

El primero que cayó en este agujero fue Einstein, que pasó la segunda parte de su vida buscando esa teoría que unificaría el electromagnetismo con la gravedad, fallando estrepitosamente.

Más adelante, se descubrieron en el Universo dos tipos de fuerzas adicionales: la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil (las cuales operan en el núcleo del átomo). Ahora no teníamos que unificar dos fuerzas sino cuatro. El problema se hizo más difícil. También más importante, porque 4 es un número más feo que 2.

Figura 3. Las cuatro fuerzas fundamentales del Universo (o mejor dicho, cuatro tipos de fuerzas)

La cosa comenzó progresando con un ritmo razonable. Usando algunos trucos matemáticos, los científicos encontraron una manera de unificar la fuerza electromagnética con la fuerza nuclear débil como dos caras de la misma fuerza, que llamaron «electrodébil». La teoría fue comprobada con experimentos. Por ello, Sheldon Glashow, Abdus Salam y Steven Weinberg recibieron el Premio Nobel de Física de 1979.

Figura 4. Recibieron el Nobel de Física que realmente merecía Steve Jobs, que en esos momentos sacaba el ordenador Apple II+. Mucha corrupción es lo que hay.

Cuando yo comenzaba a leer de estos temas durante los años 80, los libros de divulgación científica tenían un tono optimista: era sólo cuestión de tiempo que se formulara una teoría que unificara  las tres fuerzas: gravedad, fuerte y electrodébil en una sola. Así llegaríamos a la «teoría del todo», el Santo Grial de la Física Moderna.

De varias candidatas para la teoría del todo, la más prometedora parecía la teoría de cuerdas («string theory»). Según esta teoría, las partículas elementales (electrón, fotón, quarks, etc) no eran en realidad puntos, sino líneas que vibraban a diferentes ritmos y en diferentes formas (a las que se llamó «cuerdas»). Esas cuerdas vibrantes producían las partículas tal como las conocíamos y, en última instancia, todo el mundo físico. Las ecuaciones derivadas de la vibración de las cuerdas tendrían la posibilidad de unificar las tres fuerzas, es decir, la teoría de cuerdas sería la «teoría del todo».

Fue una época de gran optimismo. Todos estaban convencidos de que se iba a conseguir la teoría definitiva que explicaría el Universo y que sería el logro mayor de la historia de la Física. Una única teoría explicaría todo el Universo de una forma bella y elegante. Algunos incluso profetizaron que, después de esta unificación, sólo quedarían detalles menores por investigar en Física. Aclarados estos detalles, la Física acabaría como ciencia porque nada quedaría por explicar: todo estaría explicado con un esquema racional y bellísimo.

Y entonces, todo comenzó a ir de mal en peor.

2. Intentando solucionar el problema más difícil de todos

Este bello panorama se enfrentaba con un obstáculo muy difícil de salvar.

Para comprobar la teoría de cuerdas u otras teorías unificadoras de fuerza, se necesitaban energías enormes. Alguien calculó que el acelerador de partículas que se necesitaría para hacer los experimentos era tan grande como el sistema solar.

Figura 5. El acelerador de partículas del CERN es inmenso: tiene 27 km (ver la persona en el centro inferior de la foto). Por él viajan los átomos casi a la velocidad de la luz hasta que chocan y los científicos analizan los efectos de los choques, validando teorías atómicas. Un triunfo de la tecnología, sólo superado por el iPhone. Para comprobar algunas de las teorías de unificación de fuerzas se necesitarían aceleradores de partículas del tamaño del Sistema Solar.

Esto colocó a la Física en un problema. ¿Cómo comprobar esas nuevas teorías si los experimentos para comprobarlas o descartarlas no podían llevarse a cabo?

La estrategia más obvia era ponerse a investigar nuevas técnicas para crear aceleradores de partículas más potentes, que no necesitaran ser tan grandes como el Sistema Solar pero que produjeran los mismos efectos. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo: a veces la tecnología encuentra límites difíciles de franquear (por ejemplo, los aviones de hoy viajan a la misma velocidad que los de hace 50 años y, con toda seguridad, a la misma velocidad que los aviones que viajarán 50 años en el futuro).

Además, la estrategia de pasar de concentrarse en ecuaciones a  concentrarse en tecnología de aceleradores de partículas choca con prejuicios muy arraigados en la ciencia occidental, prejuicios que vienen de los antiguos griegos.

En efecto, en el tiempo de los griegos, no existía todavía la ciencia, pero sí existía la filosofía natural (la parte de la filosofía dedicada al mundo natural), que es el antepasado de la ciencia. El problema de la filosofía natural durante los tiempos griegos y helenísticos fue que la teoría se consideraba noble y admirable mientras que mancharse en las manos con los experimentos se consideraba poco digno. Esto era el reflejo de una sociedad en que a los pobres se les consideraba chusma despreciable (el amor por los pobres llegaría después, con el cristianismo), el trabajo manual lo hacían los despreciables esclavos y los únicos que tenían tiempo para el trabajo intelectual era la gente con recursos económicos, que se consideraban demasiado nobles para el trabajo manual y mecánico.

Descartados los experimentos manuales, la filosofía natural se basó en dos pilares puramente intelectuales: el razonamiento y la observación. El razonamiento permitía llegar a conclusiones basadas en la lógica, mientras que la observación de la naturaleza impedía que el razonamiento se alejara demasiado de la realidad. Con estas herramientas, el conocimiento griego y helenístico hizo grandes avances en disciplinas específicas, quedando estancado en otras. Fue muy grande el avance en matemáticas y lógica,  las cuales sólo necesitan de razonamiento. También el avance en astronomía y filosofía fue grande, pues esas disciplinas sólo necesitaban razonamiento y observación. Pero las disciplinas que necesitaban experimentos, como la física o la medicina, quedaron estancadas.

Después del estancamiento romano y de las edades oscuras que siguieron a la caída del Imperio, la filosofía natural medieval continuó y mejoró la filosofía natural griega en la que se basaba. Sin embargo, a pesar de que sentó las bases de la ciencia moderna, el amor por la teoría y desprecio por la práctica también limitó el alcance de esta filosofía natural medieval, que no pudo avanzar lo suficiente.

Galileo Galilei (1564​-1642) rescató al pensamiento occidental de este problema cuando, ya viejo y en arresto domiciliario decretado por la Inquisición, dejó de perder el tiempo y comenzó a hacer experimentos ingeniosos con el movimiento de los cuerpos, creando la ciencia y la Física modernas.

Pero el prejuicio contra lo manual continuó existiendo de forma más moderada, por inercia y porque es parte de la naturaleza humana. Al fin y al cabo, toda sociedad valora más al trabajo más intelectual, que está mejor remunerado. Así, se valora más al funcionario que al fontanero, al arquitecto que al obrero, al periodista que al que opera la prensa de un periódico, al profesor de Universidad que a la señora que limpia la Universidad.

De la misma manera, siempre se ha celebrado al científico teórico y pocas veces a aquel que crea los instrumentos (que muchas veces es también un científico). Galileo usó el telescopio para observar los cielos, pero no sabemos quien inventó el telescopio. Todos conocemos el nombre de Einstein, pero ¿conocemos el nombre de aquel que creó los instrumentos que se usaron para comprobar la teoría de la relatividad? Yo no lo conozco.

La historia de la Física está llena de grandes teóricos escritos con letras de oro: Copérnico, Kepler, Galileo, Newton, Maxwell, Einstein y todos los de la mecánica cuántica. ¿Se encuentran en los libros de historia de la Física los que crearon las máquinas con las cuales hacían los experimentos? Se menciona a unos pocos de paso y sin darles reconocimiento. Algunas veces quedan como notas a pie de página y la mayoría de veces ni se menciona. (Las excelentes series de televisión Conexiones 1, 2 y 3 de James Burke, disponibles en Youtube en español, recogen esos avances tecnológicos que quedan fuera de los libros de ciencia y a los que tanto debemos)

Un físico que trabaja en una Universidad o centro de investigación no quiere ser el personaje olvidado que creó los instrumentos que se usaron para comprobar las teorías de Einstein: quiere ser Einstein, alguien que es recordado y celebrado. Además, los físicos eligen la carrera porque les gusta la teoría. Si les gustara crear tecnología, serían ingenieros.

Sin aceleradores de partículas suficientemente potentes para llevar a cabo experimentos que distinguieran las teorías ciertas de las falsas, la Física se encontraba en graves problemas.

Si la estrategia anterior de construir aceleradores de partículas más potentes no resultaba factible, la segunda solución más razonable hubiera sido dejar de investigar en la unificación de fuerzas y pasar a otros temas. Había otros problemas menores en Física, que podían atacarse, aunque no eran tan atractivos como la unificación.

Y, si no se podía o no se quería resolver los problemas menores, se podía dejar reposar a la Física durante un tiempo (quizás siglos). A veces, pasa que una disciplina científica queda estancada durante un largo tiempo y no hay nada malo en ello.

Quizás con el tiempo se encontrara una solución al problema de la unificación. O quizás no existiera tal unificación y tendríamos que aceptar que hay tres tipos de fuerzas en el Universo (gravedad, fuerte, electrodébil) en vez de uno. Al fin y al cabo, que haya un único tipo de fuerzas en el Universo es una hipótesis, que puede ser cierta o falsa (yo no encuentro descabellado que la hipótesis sea falsa, pero esta es una posibilidad que no es ni siquiera considerada por la mayoría de los físicos, por una serie de aspectos no científicos que sería muy largo explicar aquí).

El problema es que no se podía dejar reposar la Física. La ciencia había sido un deber casi religioso hasta tiempos de Einstein y los científicos de la mecánica cuántica, los cuales, en su trabajo, se comportaban con una ética admirable y un amor a la verdad fuera de dudas. Pero en nuestra época se había convertido en una gran industria del que vivían millones de personas en universidades y centros de investigación. Muchos millones de dólares se dedicaban a la investigación científica. Mientras tanto, la cualidad moral de la sociedad (y, por tanto, del científico) había caído en picado. La ciencia era un gran negocio y la corrupción subió hasta extremos insospechados (para un análisis de este problema, ver el libro «Not even trying» de Bruce Charlton, disponible gratuitamente en línea).

Había que seguir con el negocio, costara lo que costara, pues muchos vivían de ello. Había que encontrar una solución. Y entonces, los físicos la encontraron, pero resultó ser una solución falsa que llevó al callejón sin salida actual.

3. La solución: volver a la Edad Media

Si no podemos comprobar teorías en base a experimentos, ¿por qué no comprobamos las teorías en base a su belleza matemática? La idea parecía razonable. Siempre los científicos han usado la belleza matemática para priorizar entre teorías.

En efecto, si una cosa nos han enseñado la filosofía natural y la ciencia, es que el Universo no se comporta al azar sino que es ordenado (es decir, sigue unas leyes).

Lo que se debería esperar si el Universo se hubiera generado por sí solo, es que las partículas del Universo se comportaran al azar, pues por cada comportamiento ordenado de una partícula, hay una cantidad inimaginable de comportamientos al azar de la misma partícula. Si esto lo multiplicamos por el número de partículas del universo, llegamos a una cantidad tan grande de comportamientos azarosos del Universo por cada comportamiento ordenado del Universo que no se puede expresar en términos matemáticos (por ejemplo, si se expresara de forma decimal 10000000….0000, el número de ceros sería inimaginablemente más grande que el número de electrones en el Universo).

No sólo el Universo sigue esas leyes , sino que estas leyes del Universo son de una gran belleza y coherencia matemática. Como descubrió Pitágoras en el siglo V a.C, el Universo está ordenado y este orden está escrito en lenguaje matemático. Este es el descubrimiento más importante de la historia de la ciencia. Siendo la matemática un producto del intelecto, resulta imposible evitar la conclusión de que la existencia de un diseñador inteligente del Universo, como han observado muchos científicos, incluido Einstein.

Es por ello que los científicos siempre han usado la belleza matemática como una orientación para llegar a una teoría científica. En efecto, dados unos datos (obtenidos de la observación o el experimento), hay infinitas teorías que podrían explicarlos, como se ve en la figura siguiente.

Figura 6. En esta figura, se muestra que si tenemos una serie de datos, hay infinitas teorías que explican estos datos. Aquí tenemos cuatro datos obtenidos por observación o experimento (son cuatro puntos que se marcan con las aspas). Por ejemplo, podrían ser observaciones de la posición de un planeta obtenidas mediante un telescopio. Las teorías que explican estos cuatro datos se representan por líneas. Siguiendo el ejemplo anterior, podrían ser teorías sobre la forma de la órbita de ese planeta. Vemos tres teorías posibles: una órbita elíptica, una órbita rectangular y una órbita ondulada, pero se podrían dibujar infinitas líneas que pasaran por estos cuatro puntos (infinitas teorías que concordaran con esos datos).

Dadas las infinitas teorías que concuerdan con los datos, ¿cómo elegir una? ¿cómo encontrar la que es cierta? ¿Cómo encontrar esa aguja única en un pajar infinito?

Normalmente, se intenta primero la que tiene más belleza matemática. Parte de esa belleza matemática es la simplicidad de la teoría. Este es el principio conocido como navaja de Occam (formulado por el monje católico y filósofo medieval inglés Guillermo de Occam, que vivió entre 1280 y 1349). La navaja de Occam dice «entre dos teorías que explican los datos, elige primero la más sencilla».

No es una regla que funcione siempre (como las reglas de la lógica que funcionan siempre). La navaja de Occam es una regla empírica («rule of thumb») que funciona bien la mayoría de las veces, como mínimo para una primera aproximación.

Por ejemplo, en la figura 6, aplicando la navaja de Occam, la teoría que se priorizaría sería la órbita en forma de elipse (es la más sencilla desde el punto de vista matemático). Sólo si los experimentos demuestran que es falsa, se considerarían otras teorías.

Figura 7. Guillermo de Occam, el creador de la navaja de Occam y de la filosofía moderna en la vidriera de una iglesia.

Sin embargo, el término «belleza matemática» no sólo contiene la simplicidad propuesta por Occam, sino también otros presupuestos estéticos subjetivos, lo que puede llevar a errores.

En otro ejemplo, Einstein formuló la teoría de la relatividad sólo con razonamientos y basándose en la belleza matemática de la teoría. Cuando le dijeron que su teoría se había comprobado en la observación de un eclipse dijo algo así como: «Mejor para la realidad, pues mi teoría es cierta» (cito de memoria).

Sin embargo, Einstein se equivocaba. Hay infinitas teorías bellas y sólo unas cuantas son ciertas. Es más: a veces la teoría que es cierta no es la más bella posible. Por ello, los experimentos son necesarios para distinguir una teoría cierta de la falsa.

Por ello, desde Galileo, el método de la física había sido siempre el siguiente:

  • 1) Piensa en teorías posibles que puedan explicar los datos y, de todas las teorías que se te ocurren, elige la que tenga más belleza matemática.
  • 2) Haz experimentos para obtener datos que te permitan comprobar o descartar esta teoría
  • 3) Si se comprueba, ya has acabado. Si los datos de los experimentos la descartan, vuelve al punto 1), pero descartando esa teoría y todas las teorías que vayan en contra de los datos.

Lo que hicieron los físicos para salir del problema que tenían con la imposibilidad de hacer experimentos era prescindir de los pasos 2) y 3). La física se redujo al paso 1)

Es decir, la Física iba a prescindir de los experimentos e iba a volver a tiempos griegos y medievales, antes de Galileo, cuando todos los descubrimientos se hacían a puro trabajo intelectual, usando razonamiento y observación (pero no experimentos). Todo esto fue disimulado con el hecho de que se usaban complejas ecuaciones matemáticas, que daban respetabilidad al hecho de que la Física había dejado de ser ciencia y se había vuelto a convertir en filosofía natural (la cual había tenido éxitos, sin duda, pero que era limitada para un área como la física).

Esto impidió que la industria de la Física se parara. Los estudiantes podían hacer una tesis doctoral resolviendo un problema matemático de la teoría de cuerdas. Los profesores podían corregir estas tesis y pedir subvenciones para explorar detalles de la teoría de cuerdas. La física degeneró en un ejercicio puramente intelectual y matemático de expansión de teoría de cuerdas. Esto daba que comer a la gente, pero ya no era ciencia, sino una especie de ejercicio matemático, con poca relación con la realidad física. Todo ello se justificaba con el argumento que era un paso hacia la unificación de fuerzas o «teoría del todo», lo que, como hemos visto, es el Santo Grial de la Física moderna.

Pero lo peor todavía estaba por llegar y nos volvió a los peores momentos de la filosofía natural.

4. La historia de los epiciclos

Hemos dicho que la filosofía natural se basaba en razonamiento+observación, pero la ciencia se basa en razonamiento+observación+experimentos. Pero, ¿qué diferencia hay? ¿No es acaso la observación un caso especial de experimento?

En realidad, la línea que separa la observación del experimento es borrosa. El criterio principal es que un experimento está específicamente diseñado para comprobar o descartar la teoría que se está considerando. Es dependiente de la teoría que estamos analizando. Por el contrario, la observación es algo que ya está allí de forma independiente a la teoría que se está analizando (a veces, son datos obtenidos de experimentos diseñados para otras teorías). Es por eso que los experimentos obtienen datos más relevantes para evaluar si una cierta teoría es cierta.

No sólo eso, sino que las observaciones están dadas pero uno puede diseñar un número grande de experimentos en una pequeña cantidad de tiempo. Por eso, los experimentos obtienen más cantidad de datos para evaluar si una cierta teoría es cierta.

Sin los abundantes y relevantes datos de los experimentos, la física tiene difícil elegir entre teorías. Puede guiarse por criterios estéticos, de belleza matemática, pero esto puede llevarle a conclusiones inadecuadas.  Específicamente, cuando una observación descarta una teoría, existe la tendencia de complicar la teoría para que cumpla con los datos, sin cuestionar sus fundamentos básicos. Es más fácil reformar algo que tirarlo y comenzar de nuevo.

Nunca fue esto más evidente que con la teoría de cuerdas actual y con la astronomía de los siglos antes de Copérnico y Kepler. Platón había dicho que las órbitas de las planetas eran circulares y así se consideró por mucho tiempo. ¿Al fin y al cabo, no es el círculo la figura geométrica más bella en dos dimensiones (la más sencilla de describir matemáticamente)? El criterio de simplicidad no se había formulado (porque Occam no había nacido todavía) pero ya se estaba utilizando (de forma no sistemática).

Pero por la época de la Edad Media la tecnología de observación astronómica había avanzado y las observaciones astronómicas eran cada vez mejores y estaba claro que los planetas no se movían en círculos. La estrategia correcta hubiera sido rechazar la teoría de las órbitas circulares y empezar de nuevo.

Pero los pocos datos que había no justificaban un cambio tan radical. Así que los teóricos encontraron una salida, complicando la teoría para que se ajustara a los datos, sin cuestionar el círculo como fundamento básico. De esta manera, nació la teoría de los epiciclos.

Podemos ver esta teoría en la figura siguiente. Recordemos que estamos antes de Copérnico y se considera a la Tierra el centro del Sistema Solar.

Figura 8. La teoría de epiciclos más sencilla.

El planeta se mueve orbitando una pequeña orbita circular (que está en rojo en la figura), a la cual se le llama «epiciclo». El centro de este epiciclo (el punto negro) orbita a su vez alrededor de la Tierra en una gran órbita circular (que está en azul).

La combinación de estas dos órbitas circulares produce un movimiento combinado complejo del planeta, el cual vemos en la siguiente figura:

Figura 9. Como el movimiento del planeta se deriva de la combinación de las dos órbitas (la principal y el epiciclo)

La línea en azul indica cómo se mueve el planeta cuando se combinan las dos órbitas circulares: la órbita grande y el pequeño epiciclo. Vemos que el movimiento es muy diferente a una órbita circular pero se ha producido a partir de dos órbitas circulares.

¿Para qué complicarse la vida de esta manera? Simplemente para reconciliar las observaciones astronómicas con el principio de que las órbitas son circulares.

Hemos visto en el apartado 3 que, cuando una observación u experimento falsea una teoría (por ejemplo, que las órbitas son circulares), hay que formular una nueva teoría. Pero, ¿cuál? Como he dicho, dada una serie de datos obtenidos por observación o experimentos, hay infinitas teorías que los explican. ¿Cómo elegir una entre las infinitas posibilidades?

Figura 10. Supongamos que las observaciones han descartado la órbita elíptica. ¿Cuál es la segunda que probaremos? ¿La rectangular, la ondulada o cualquiera de las infinitas que no están dibujadas en el papel?

 

Dadas las infinitas teorías que concuerdan con los datos, ¿cómo elegir una?. Como he dicho, el científico se guía por la belleza matemática. Muchas veces esto ha significado aplicar la navaja de Occam. Pero esta a veces resulta difícil de aplicarse y además a veces hay criterios de belleza diferentes de la simplicidad. Por ejemplo, los antiguos tenían muy arraigado el principio de que la Tierra era el centro y el principio platónico de que las órbitas eran circulares. Les resultaba inimaginable tirarlo todo y comenzar de nuevo.

Con los epiciclos podían tener las dos cosas: una teoría basada en el círculo y que explicaba los datos de las observaciones astronómicas.

Esto resolvió el problema por un tiempo. Sin embargo, la tecnología de observación astronómica seguía mejorando y, como consecuencia, las observaciones astronómicas eran cada vez más exactas.

Figura 11. Las tablas alfonsíes

En 1252 se publican las «Tablas alfonsíes», conjunto de observaciones astronómicas creadas a iniciativa de Alfonso X el Sabio (1221​- 1284), rey de Castilla y León. Las tablas indicaban la posición de los cuerpos celestes (Sol, Luna, planetas y estrellas) en el cielo de Toledo desde 1263 hasta 1272. Durante siglos fueron las tablas utilizadas para saber la posición de los cuerpos celestes en el cielo, lo que era de importancia vital para los navegantes, que se orientaban con las estrellas y que usaron estas tablas de forma intensiva.

A partir de las tablas alfonsíes, pronto se vio que el movimiento de los planetas no coincidía con el movimiento de la teoría de los epiciclos (que se ha dibujado en azul en la figura 9).

¿Qué hacer? Nosotros sabemos que lo razonable era poner al Sol en el centro del Sistema Solar y hacer las órbitas elípticas. Sin embargo, a los antiguos eso les parecía inimaginable, por lo que resolvieron el problema creando un segundo nivel de epiciclos, como se ve en la figura siguiente.

Figura 12. Una teoría con dos niveles de epiciclos.

Ahora el planeta orbitaba sobre un pequeño epiciclo (en rojo), que a su vez orbitaba sobre un epiciclo grande (azul claro), que a su vez orbitaba en una órbita principal sobre la Tierra (azul oscuro).

Los astrónomos creían que, si jugamos con el tamaño y velocidad de cada órbita, podemos reproducir el movimiento del planeta sin desechar los principios de que la Tierra es el centro y las órbitas son circulares.

¿Y si no es así? No hay problema. Se podría crear un nivel más de epiciclos por cada planeta. En la figura 12, podemos colocar otro epiciclo sobre el círculo rojo y jugar con el tamaño y la velocidad hasta que coincida con las observaciones. ¿Y si no lo hace? Pues se puede poner otro nivel de epiciclos sobre ese anterior.

El problema es que esto es más fácil decirlo que hacerlo, pues la complejidad matemática de la teoría es muy grande y crece con el número de niveles de epiciclos. De hecho, los movimientos de los planetas y el Sol vistos desde la Tierra son los siguientes (recordemos que sólo se conocía hasta Saturno).

Figura 13. Los movimientos del sistema solar vistos desde la Tierra

Crear un sistema de epiciclos que explicara estos complejos movimientos era de una gran complejidad matemática. Y esto en una época en que todos los cálculos se hacían a mano.

Cuando le enseñaron el sistema de epiciclos a Alfonso X el Sabio, comentó: «“Si Dios Todopoderoso me hubiera preguntado cuando hizo la creación, le hubiera recomendado algo más sencillo”.

Es fácil reírse de nuestros antepasados, que tuvieron que descubrir el camino que a nosotros se nos ha enseñado, pero veremos que una situación similar se da con la Física actual. En general, de la misma manera que los antiguos no podían ni imaginar que una órbita no fuera circular, nosotros no podemos ni imaginar que haya tres tipos de fuerzas en el Universo, en vez de una. Como veremos más adelante, esta idea fija está produciendo en la actualidad una complejidad mucho mayor que la teoría de los epiciclos. Así que no tenemos nada de lo que reírnos.

La historia de los epiciclos nos enseña dos cosas. La primera es que, si complicas suficiente la teoría, puedes demostrar cualquier cosa. De hecho, cuanto más compleja es la teoría, más variables o parámetros tienes (en nuestro caso, los parámetros son el tamaño y la velocidad de cada órbita). Por lo tanto, más combinaciones de parámetros son posibles y más comportamientos puedes explicar usando una combinación de estos parámetros.

Así, una teoría de una órbita circular sin epiciclos sólo puede demostrar movimientos circulares de los planetas. La teoría simple de epiciclos que se muestra en la figura 8 puede demostrar movimientos circulares (reduces el radio de cada epiciclo a 0 y lo tienes) y muchos otros movimientos más. La teoría de dos epiciclos por cada planeta es aún más general. De hecho, si añades suficientes epiciclos, puedes demostrar cualquier órbita.

La segunda lección es que el precio que debes pagar por una teoría que puede encajar con los datos reales sin abandonar supuestos básicos erróneos es que la teoría se hace cada vez más compleja y barroca.

Basándome en esta historia, llamaré «epiciclo» (entre comillas) a cualquier complicación de una teoría que se introduce para evitar el fracaso de esta teoría ante los datos de la realidad. Estos «epiciclos» hacen más compleja la teoría y hacen que sea más general, permitiéndole explicar más comportamientos posibles. Distinguir con la palabra epiciclos (sin comillas), que tiene el significado original de una órbita secundaria.

Como Alfonso X el Sabio, un monje católico polaco, Nicolás Copérnico (1473-1543)  se dio cuenta de que la teoría astronómica era demasiado compleja pero, al contrario del rey, decidió hacer algo. «Luego de realizar estudios sobre los griegos en Italia, este monje inicia la búsqueda de una explicación más sencilla, más simple, más de acuerdo con la naturaleza del Creador» («El búho de Minerva», Rafael Echeverría). Una explicación más bella, diría yo.

Copérnico puso el Sol en el centro del Sistema Solar, esperando simplificar este sistema endiablado y con la navaja de Occam se cargó a todos los epiciclos.

A partir de este sistema copernicano, el astrónomo Erasmus Reinhold publicó en 1551 las «Tablas prusianas», que los navegantes germanos utilizaron como mejora a las tablas alfonsíes, pero que no consiguieron llegar a toda Europa.

El problema del sistema copernicano es que se quedó a medias. Correctamente, Copérnico supuso que el Sol era el centro del Sistema Solar. Pero siguió suponiendo que las órbitas eran circulares, cuando son elípticas.

Seguro que la oscurantista Iglesia Católica lo condenó a la muerte por poner al Sol como centro del Sistema Solar. Por supuesto que no. Murió tranquilamente, la Iglesia lo enterró con todos los honores y sus teorías eran la moda en toda Europa y conversación animada entre los obispos y cardenales.

No se aceptó la teoría copernicana, simplemente porque la teoría no coincidía con las observaciones. Como los planetas se movían en órbitas elípticas y Copérnico decía que se movían en órbitas circulares, las predicciones hechas por la teoría copernicana no concordaban con las observaciones astronómicas. La teoría era falsa y era obvio que era falsa.

Aparecieron teorías intermedias, como las de Tycho Brahe, en que los planetas giraban alrededor del Sol y el Sol, a su vez, giraba alrededor de la Tierra. Todo estaba en ebullición y nada estaba seguro (un caso similar se da hoy en día con la génesis del Islam).

Este fue el problema de Galileo durante toda su vida. Galileo era un hombre de un orgullo intelectual enorme, que había colocado en la teoría de Copérnico. Quería obligar a la Iglesia a aceptar esta teoría, pero los obispos y cardenales decían que todavía no había suficiente evidencia y que, en el futuro, se podría reconsiderar si los datos la apoyaban. Después insultó veladamente al Papa (que había sido su mayor apoyo y aliado pero que era un hombre tan orgulloso como él) y todo se descontroló.

Al final, Johannes Kepler (1571 – 1630) dedicó toda su vida a resolver el problema. El astrónomo aficionado Tycho Brahe (1546 – 1601) había construido el mejor observatorio astronómico de toda Europa, inventando nuevas tecnologías de observación y guardando celosamente los datos de las observaciones sólo para él. Kepler se dirigió a su «corte» y esperó pacientemente por años. Sólo consiguió los datos cuando Brahe murió. Después se dedicó durante años a formular teorías y a demostrarlas haciendo cálculos a mano durante años. Su vida fue dura: huyendo de sitio en sitio en una Europa devastada por la guerra, su madre fue acusada de bruja y él empleó mucha energía en defenderla.

Devoto protestante, creía en la belleza matemática de un universo creado por Dios. Por ello, el día en que se dio cuenta de que las órbitas no eran circulares fue un día muy amargo para él. Comentó que sólo quedaban porquerías de figuras geométricas: parábolas, elipses… lejos del bello círculo. Al final, demostró que las órbitas eran elípticas (entre otras cosas). A partir de esta teoría y de las observaciones de Tycho Brahe, Kepler publicó las «Tablas Rudolfinas», que iban a sustituir a las tablas alfonsíes como guía de navegantes en todo el mundo.

Sin embargo, a pesar de la navaja de Occam, las teorías de Kepler tardaron mucho tiempo en aceptarse. Galileo y Descartes las ignoraron. Sólo Isaac Newton (1642-1727) consiguió hacerlas universales, al incorporarlas dentro de su teoría de la gravedad, que explicaba el motivo de las órbitas elípticas.

5. La Física actual es un juego de epiciclos

¿Por qué me he desviado tanto del tema principal para contar esta parte de la historia de la ciencia? Porque creo que la Física se encuentra ahora en un momento similar al de los epiciclos. La teoría de los epiciclos actual de la Física es la «teoría de cuerdas», que ya hemos visto.

Como habíamos visto en el apartado 3, la Física se ha convertido en una filosofía natural alejada de los experimentos: un ejercicio teórico disimulado por el uso de lenguaje matemático. Los físicos ya no hacen ecuaciones y comprueban que son ciertas usando experimentos. Ahora hacen ecuaciones y deciden que son ciertas basándose en su belleza matemática.

Esto es peligroso, pues la física no es una disciplina puramente teórica, como las matemáticas o la lógica. Desde Galileo, que la fundó, la física ha sido una disciplina basada en los experimentos. Sin ellos, la física tiene tendencia en caer en problemas parecidos a la teoría de epiciclos que acabamos de ver.

Esto pasó con la teoría de cuerdas. La idea de que las partículas eran líneas vibrantes («cuerdas») y que esta vibración podía explicar todo el universo físico y unificar todas las fuerzas resultó ser tan seductora para los físicos actuales como la idea de que las órbitas eran circulares para los astrónomos medievales.

Pasó lo mismo que en tiempos medievales: cada vez que una observación desmentía las órbitas circulares, simplemente se complicaba la teoría añadiendo una complicación o epiciclo más para que la teoría concordara con las observaciones y mantener el fundamento circular que tanto se amaba.

Con la teoría de cuerdas pasó lo mismo. Aunque la teoría no podía comprobarse con experimentos, sí que había datos obtenidos con otros experimentos físicos con los que tenía que concordar (podríamos considerarlos análogos a las observaciones astronómicas de la teoría de epiciclos).

Pronto se vio que la teoría de cuerdas no concordaba con estas observaciones. Pero ya los físicos se habían enamorado de la física de cuerdas y no la iban abandonar tan fácilmente, de la misma forma que los astrónomos medievales se resistieron a abandonar el círculo.  Este enamoramiento se basa en parte en cuestiones prácticas (en parte porque los científicos son reacios a abandonar una teoría en la que han trabajado por toda su vida y empezar de nuevo) y también en cuestiones teóricas (algunos físicos con poco conocimiento filosófico habían hecho de una teoría de este estilo la base de sus concepciones filosóficas deficientes).

¿Qué hacer cuando no quieres abandonar una teoría pero quieres que concuerde con los experimentos que la desmienten? Siempre puedes añadir un «epiciclo», una complicación de la teoría que le permite explicar más comportamientos y que, por lo tanto, pueda explicar los comportamientos que has obtenido de las observaciones. Si añades suficientes «epiciclos», puedes justificar cualquier cosa.

En la teoría de cuerdas, los primeros «epiciclos» consistieron en añadir dimensiones espaciales. Como sabemos, el Universo tiene tres dimensiones espaciales y una temporal. De repente, se dijo que, en realidad, el Universo constaba de ocho, diez, once o doce dimensiones espaciales (dependiendo la versión de la teoría). No era un impedimento que estas dimensiones no se habían detectado: se dijo que eran microscópicas e indetectables y, de todas maneras, lo importante es que las ecuaciones matemáticas cuadraran. Añadiendo más dimensiones podías explicar más comportamientos posibles: entre ellos, los que se habían observado. Esta era la situación durante los años ochenta, en que yo estudiaba.

Pronto esto se reveló insuficiente, pues los datos no cuadraban con estas teorías primeras, ni incluso añadiendo varias dimensiones. Lo razonable hubiera sido desechar la teoría, pero como hemos dicho, los físicos amaban demasiado la teoría de cuerdas. Se solucionó añadiendo más «epiciclos» a la teoría. Volviéndola a complicar para añadirle más parámetros y, por lo tanto, poder explicar más comportamientos posibles. Así nació la teoría de supercuerdas (o supersimetría o SUSY) que, como habrás supuesto, falló en obtener ninguna comprobación experimental (pero dio de comer a mucha gente).

Pero los físicos siguieron haciendo ecuaciones sin desanimarse por ello. Como consecuencia, aparecieron seis versiones de la teoría de supercuerdas, llamadas:

  • La Teoría de supercuerdas de Tipo I.
  • La Teoría de supercuerdas de Tipo IIA.
  • La Teoría de supercuerdas de Tipo IIB.
  • La Teoría de supercuerdas heterótica SO(32).
  • La Teoría de supercuerdas heterótica E8xE8.
  • La Teoría de supercuerdas supergravedad 11D

En 1995, Edward Witten demostró que estas seis versiones eran casos particulares de una teoría más general llamada «teoría M» («M-theory»). Como se ve, la teoría M es más general que cualquiera de estas teorías de supercuerdas y, por lo tanto, es más complicada, tiene más parámetros y permite explicar más comportamientos posibles.

Figura 14. Las seis teorías de supercuerdas son casos particulares de la teoría M.

¿En qué se basa la «teoría M»? En este contexto, «M» significa «membrana». Al contrario que la teoría de cuerdas clásicas (que suponía que las partículas eran líneas unidimensionales que vibraban), la teoría M supone que las partículas son planos o membranas, objetos bidimensionales que vibran. Obviamente, una línea es un caso específico de un plano, por lo que las membranas permiten explicar más cosas que las cuerdas. Se trata, en suma, de otro «epiciclo» que permite explicar más comportamientos al precio de complicar la teoría.

En todo este proceso, la matemática se hizo cada vez más compleja e inmanejable. Pronto, cada «avance» en teoría de cuerdas constaba de cientos de páginas con abstrusas ecuaciones. Como la teoría era cada vez más compleja, tenía cada vez más parámetros y era difícil saber qué combinación de parámetros era la cierta.

Uno imagina a Alfonso X el Sabio resucitando y diciendo a los teóricos de cuerdas: “Si Dios Todopoderoso me hubiera preguntado cuando hizo la creación, le hubiera recomendado algo más sencillo”.

A falta de un rey medieval, otros han dado la voz de alarma, en 2006, Peter Woit, Doctor en Física Teórica y profesor de matemáticas en la Universidad de Columbia publica el artículo «Not Even Wrong: The Failure of String Theory and the Search for Unity in Physical Law«, que acaba convirtiéndose en un libro. En junio de 2018, está prevista la publicación de «Lost in Math: How Beauty Leads Physics Astray» de Sabine Hossenfelder. El texto de la solapa no puede ser más aclarador:

Ya se considerando los agujeros negros o prediciendo descubrimientos en el CERN, los físicos creen que las mejores teorías son bellas, naturales y elegantes y que este criterio separa las teorías populares de las que se desecha.  Sabine Hossenfelder afirma que esta es la razón de que no hayamos visto un avance importante («major breakthrough») en los fundamentos de la Física durante más de cuatro décadas.

La creencia en la belleza se ha hecho tan dogmática que ahora entra en conflicto con la objetividad científica: la observación ha sido incapaz de confirmar teorías excitantes, como supersumetría o la gran unificación, inventadas por los físicos basándose en criterios estéticos.

Aún peor, esas teorías «demasiado buenas para no ser ciertas» son imposibles de comprobar en la realidad y han dejado la disciplina en un callejón sin salida. Para escapar, los físicos deben replantearse sus métodos. Sólo aceptando la realidad como es puede la ciencia descubrir la verdad.

Como el texto anterior afirma, se sabe que la teoría de cuerdas no es falsificable. Es decir, que no hay ningún experimento concebible que pudiera demostrar que es falsa. Así, por ejemplo, la teoría de la gravedad de Einstein es falsificable, pues se podría imaginar un movimiento que no se ajustara a las ecuaciones de la teoría, lo que demostraría que la teoría es falsa («falsificaría la teoría»).

Que la teoría de cuerdas no es falsificable es consecuencia de lo que contaba anteriormente: la teoría se ha hecho tan compleja y con tantos parámetros que puede explicar cualquier cosa (de la misma que una teoría con suficiente número de epiciclos podía explicar cualquier movimiento planetario). De forma que ningún experimento puede descartarla, pues cualquier observación es compatible con la teoría.

Figura 15. Karl Popper (1902 – 1994), el filósofo de la ciencia (y de la política) que formuló el criterio de falsificabilidad.

Que la teoría de cuerdas no sea falsificable es importante, pues, desde Karl Popper, se ha supuesto que una teoría que no es falsificable, no es una teoría científica. Los teóricos de cuerdas se defienden diciendo que hay que redefinir el concepto de ciencia, para que incluya teorías no falsificables por experimentos. A estos extremos lamentables hemos llegado.

Otros menos radicales dicen que, aunque la teoría de cuerdas no es falsificable, lo puede ser en el futuro. Pero en el futuro, puede pasar cualquier cosa y no es ningún argumento válido «el futuro me dará la razón», que todo el mundo puede decir para sostener su posición.

Mientras tanto, la teoría de cuerdas ha llegado al gran público. Los libros de divulgación científica la presentan como cierta a un público incauto, a pesar de no contar con ninguna evidencia. Los más importantes de estos libros incluyen «El universo elegante» (1999) por Brian Greene o «El gran diseño» (2010) por Stephen Hawking y Leonard Mlodinow.

El 21 de junio de 2000, en una reunión de físicos en Copenhaguen, se formuló una apuesta (llamada «SUSY bet») bajo la pregunta: «¿Cree usted que en 10 años se habrá descubierto experimentalmente «una pareja supersimétrica de una partícula conocida»? (es decir, una partícula que demuestre que una teoría de las supercuerdas es cierta). Esta apuesta (que involucraba una botella de coñac) se renovó en 2011. En 2016, cuando no se descubrió nada, los perdedores pagaron deportivamente la botella, pero no renunciaron a la teoría de cuerdas, que se ha vuelto una pared que está bloqueando el avance de la física.

Es difícil saber que hacer ante este callejón sin salida de la Física actual. La mayoría de físicos siguen diciendo que hay que seguir con la teoría de cuerdas y que, aunque no hay evidencias, debemos esperar pacientemente a que los dé. Si hace falta, esperar siglos. Uno recuerda la teoría de epiciclos que detuvo la teoría astronómica por siglos sin ninguna evidencia.

Uno de los perdedores de la apuesta «SUSY bet» (David Gross) dijo lo siguiente:

En la ausencia de alguna evidencia experimental positiva de la supersimetría, es un buen momento para aterrorizar a los jóvenes en el público y decirles: «No seguid a vuestros mayores…Id y buscad algo nuevo y loco y poderoso y diferente. Especialmente, diferente. Definitivamente, esta es una buena lección. Pero soy demasiado viejo para ello.

Palabras sabias, sin duda. Sin embargo, no llegan al fondo del asunto, que es la dificultad de comprobar las teorías con experimentos, dadas las inmensas energías que se necesitan. Sin los experimentos, cualquier teoría «nueva y loca y poderosa y diferente», acabará siendo otra teoría matemática que añada «epiciclos» y «epiciclos» hasta convertirse en un maremágnum parecido a la teoría de cuerdas actual. Sin experimentos, la física no puede avanzar.

Mi predicción es que, de la misma manera que se pasaron siglos con la teoría de los epiciclos, pasaremos mucho tiempo con la física en punto muerto, con los físicos ganándose el pan formulando versiones más complejas de teorías matemáticas sin relación con la realidad y diciendo que la unificación está a la vuelta de la esquina. Hemos entrado en una segunda época de los epiciclos.

En última instancia, lo que hizo desechar la teoría de los epiciclos y adoptar la teoría de Copérnico-Kepler no fue la idea de que el Sol podía estar en el centro, lo cual ya había sido propuesto por Aristarco de Samos (310 – 230 a.C). Lo que acabó con la teoría de los epiciclos fueron las observaciones astronómicas cada vez más exactas que se estaban dando en la Edad Media y el Renacimiento. Las tablas alfonsinas o las observaciones de Tycho Brahe fueron las que hicieron que los modelos teóricos no tuvieran más remedio que variar. Y estas observaciones eran consecuencia de una tecnología de observación astronómica cada vez más avanzada. Fue la tecnología la que hizo avanzar la ciencia y la que hizo desechar teorías demasiado complejas para acercarse a la verdad.

De la misma manera, cuando la tecnología de aceleradores de partículas avance y permita comprobar las teorías de unificación, la Física saldrá de las arenas movedizas actuales (similares a la teoría de epiciclos) y hará un progreso hacia adelante. Pero seguramente nosotros ya no veremos esto. Para nosotros, la Física ha entrado en una segunda era de los epiciclos, en un callejón sin salida.

 

Sobre Sola Scriptura e inerrancia bíblica

[Traducción apresurada de un comentario apresurado en inglés que hice a un hermano evangélico sobre este tema. He corregido algún error. El original en inglés se encuentra aquí.

El comentario explica dos conceptos que separan a los católicos y protestantes.

El concepto protestante de Sola Scriptura: el mensaje cristiano es solamente el que se encuentra en la Biblia por lo que cualquier cosa que no está en la Biblia no es cristiano. Este concepto fue creado por Lutero y es el más importante de la doctrina protestante.

El concepto más moderno de inerrancia bíblica, que significa que la Biblia no tiene errores. Los protestantes construyen este concepto a finales del siglo XIX, como un refuerzo sobre Sola Scriptura.]

Como católico, intento suprimir el impulso de decir a nuestros hermanos evangélicos: «Os lo dijimos». No es una actitud como la de Cristo pero es la verdad.  Un pequeño resumen:

Lutero intentó establecer su autoridad por encima de la autoridad del Papa. ¿Cómo podía hacer esto? Era sólo un monje y el Papa era (teóricamente) el sucesor de San Pedro. Encontró una solución: la Biblia es la autoridad máxima y yo (Lutero) tengo la razón porque soy más fiel a la Biblia que el Papa. Abrió una caja de Pandora. Porque su razonamiento se podía replicar ad infinitum. De repente, cada persona pensó que era más fiel a la Biblia que el vecino.

Este es el motivo por el cual hay solo una Iglesia católica, 8 iglesias orientales, 12 iglesias ortodoxas y 30 mil iglesias protestantes. ¡30 mil! No es broma. Lutero dijo que cada persona podía interpretar la Biblia, ayudada por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo debe tener 30 mil diferentes personalidades (un caso extremo de desorden de personalidad múltiple, no hay duda).

Al contrario del Corán, que [los musulmanes suponen que] es la Palabra de Dios y, por lo tanto, perfecto; la Biblia es la palabra de escritores inspirados por Dios (por ejemplo, los libros de Isaías y Baruc fueron escritos por Baruc, el escriba de Isaías, del que tenemos su sello). Como eran humanos, los escritores introdujeron errores y sesgos, pero el mensaje original (la inspiración que venía de Dios) era correcta. Yo lo comparo a un letrero perfecto que dice «No se permite fumar» que se ve a través de un vidrio imperfecto. Quizás la forma de las letras del letrero no se ve perfecta a través de un vidrio imperfecto, pero el mensaje puede leerse. Quizás la cosmología de la Biblia refleja la ignorancia de sus escritores, pero el mensaje de salvación se puede leer.

El sello de Baruc, el autor de dos libros de la Biblia.

Lo importante del cristianismo no es la Biblia (no somos [como los] musulmanes), es el mensaje de salvación que trajo Jesús, que incluye el hecho de que Jesús es nuestro Salvador. El mensaje fue entregado a los apóstoles y a la Iglesia de forma oral (Jesús no escribió nada). El conjunto de libros del Nuevo Testamento no se acabó de escribir hasta el año 90 d.C. [Nota: los evangelios y las cartas de Pablo son más tempranos. Es el Apocalipsis el que retrasa la fecha final]. Incluso entonces, eran libros aislados en el medio de otra literatura religiosa. La Biblia como la conocemos fue fijada por la Iglesia Católica en los concilios de Hipona (393 d.C) y Cártago (397, 419). Estos concilios decidieron qué libros se incluían en la Biblia y qué libros se excluían en la Biblia.

Así que, por 400 años, los cristianos no tuvieron Biblia. Entonces, ¿no eran cristiano? ¿No fue cristiano el apóstol Pablo porque no tenía Biblia? No, porque lo importante no es el texto de la Biblia sino el mensaje de salvación escrito en ella y este mensaje fue entregado de otras maneras (de forma oral, por ejemplo) a través de la Iglesia.

Jesús fundó una Iglesia, no fundó una Biblia. El dio el mensaje a sus discípulos de forma oral. No escribió una letra. La Biblia es sólo la mejor manera de tener este mensaje que ha sido entregado a través de otros canales (la tradición de la Iglesia). Por ejemplo, la historia de Lucifer como ángel caído no está en la Biblia. Es realmente triste ver que nuestros hermanos evangélicos cometen el error de bibliolatría, que es contrario a la historia y el sentido común. Al principio, existía la Iglesia y la Iglesia engendró la Biblia y no al contrario.

About Biblical inerrancy

As a Catholic, I try to suppress the urge to tell to our Evangelical brethren: «We told you so». This is not a Christ-like attitude like but it’s the truth. A brief short with my broken English:

Luther tried to establish his authority over the Pope’s. How could he do that? He was only a monk and the Pope was (theoretically) the successor of Peter. He found a way: the Bible is the highest authority and I (Luther) am right because I am more faithful to the Bible than the Pope. He opened a can of worms. Because his reasoning could be replicated ad infinitum. Suddenly, everybody thought he was more faithful to the Bible than the neighbor.

This is why there is only one Catholic church, 8 Eastern churches, 12 Orthodox churches and 30 thousand Protestant churches. 30 thousand! I kid you not. Luther said that everybody could interpret the Bible, helped by the Holy Spirit. The Holy Spirit must have 30 thousand different personalities (a case of extreme multiple personality disorder, no doubt about it)

Unlike the Qur’an, which is the Word of God and hence perfect, the Bible is the word of writers inspired by God (for example, the books of Isaiah and Baruch are written by Baruch, the scribe). As humans, the writers introduced mistakes and biases, but the original message (the inspiration coming from God) was right. I see like a perfect sign telling «Smoking is not allowed» that you see through an imperfect glass. Maybe the shape of the letters is not perfect when you see them through an imperfect glass, but the message can be read. Maybe the cosmology of the Bible reflects the ignorance of his writers, but the salvation message can be read.

The important thing of Christianity is not the Bible (we are not Muslim), it is the message of salvation brought by Jesus, which includes the fact that Jesus is our Savior. The message was delivered to the apostles and the Church in an oral way (Jesus wrote nothing). The biblical books were not written until 90 AD and, even then, there were isolated books in the middle of other religious literature. The Bible as we know it was fixed by the Catholic Church at the councils of Hippo (393 AD) and Carthage (397, 419). They decided which books were included in the Bible and which books were excluded in the Bible.

So for 400 years, Christian people had no Bible. Weren’t they Christians? Wasn’t the apostle Paul Christian because he had no Bible? No, because the important thing is not the text of the Bible but the message of salvation written in it, and this message was delivered in other ways (in oral way, for example) through the Church. Jesus founded a Church, He did not found a Bible. He said the message to his disciples in an oral way. He did not wrote a letter. The Bible is only the best way to have these message that has been delivered by other channels (the tradition of the Church). For example, the story of Lucifer as a fallen angel is not in the Bible. It is really sad to see our Evangelical brethren commit the mistake of Bibliolatry, which goes against history and common sense. First, it was the Church and the Church begat the Bible and not the other way around.

Sobre el feminismo

El feminismo se basa en dos principios. Los dos falsos y contradictorios uno con otro.

Principio 1. Los hombres y las mujeres son iguales. Los estudios del documental y muchísimos estudios más demuestran que esto no es cierto. Son diferentes.

Principio 2. El rol tradicional del hombre es el único adecuado para hombres y mujeres. (Para llamarse femi- , el feminismo es una ideología completamente machista).

Si hombres y mujeres fueran iguales, sería tan valioso una ama de casa como un ejecutivo. El feminismo, aunque dice eso con la boca pequeña, está a favor de que las mujeres se conviertan en esclavos de corporaciones mientras los niños los (mal)cuidan otros. A la ama de casa se la desprecia y todo se concentra en hacer que la mujer se incorpore al mercado de trabajo y escale puestos en las empresas.

Hay que decir que, desde siempre, el hombre y la mujer han trabajado. El hombre ha trabajado fuera de casa y la mujer dentro de casa (no sólo en las tareas domésticas y el cuidado de los niños sino también recolectando vegetales próximos en sociedades primitivas, trabajando de forma compatible con esto: haciendo cosas para vender, llevando negocios caseros, (ver Proverbios 31, 10-31 para una mujer antes de Cristo, que era toda una empresaria doméstica).

Esta división sexual del trabajo (el hombre trabaja fuera de casa y la mujer cerca de casa) se da en todas las especies animales. Durante el siglo XIX, algunas mujeres de ricos dejaron de trabajar (esto se consideraba un signo de estatus para sus maridos: no necesitaban trabajar). Esto se hizo algo más popular durante el siglo XX, cuando hubo más prosperidad y muchas mujeres se concentraron en las tareas domésticas y el cuidado de los hijos (a esto se le llamó en España «sus labores»).

El feminismo le dice a la mujer que lo que debe aspirar es a trabajar fuera de casa, como el hombre. Cualquier otra opción es opresión. Así, cuidar de los seres que más quieres es opresión y aguantar a un jefe cabrón es liberación. Con el doble de trabajadores en la economía, los salarios bajan a la mitad en términos de poder adquisitivo. Así, el empresario con lo que pagaba antes un empleado, paga dos. Y mantener una familia antes se podía con un salario y ahora requiere dos, por lo que las mujeres están atascadas en el feminismo y ya no pueden salir. No es extraño que quienes financiaron el surgimiento del feminismo fueron los Rockefeller.

La mujer es lanzada a un juego que no es el suyo. Es el juego que está diseñado para los hombres y los hombres han sido diseñados por la naturaleza durante billones de años para este juego (por eso, son competitivos, entre otras cualidades). Es el juego que los machos hacen en todas las especies animales, por lo que la hembra está en desventaja. Se le dice a la mujer que, si no es tan buena como el hombre en el juego del hombre, es un fracaso o una oprimida.

Así se condena a la mujer a la frustración y al odio contra el hombre al quererla convertir en una mala copia del hombre, en vez de celebrar sus características únicas, que el hombre no puede nunca alcanzar. Desde el punto biológico, lo importante es la mujer pues crea la siguiente generación. El hombre es sólo una ayuda. Pero se le ha hecho creer a la mujer que el rol tradicional del hombre es el importante, que ella debe ser tan buena como el hombre en el rol del hombre y que el rol tradicional de la mujer es un rol inferior.

Ha sido una estafa y lo peor que le ha pasado a la mujer. Los estudios lo demuestran cuando certifican que la mujer de ahora es menos feliz que la de hace 30 años.

¿Por qué atacamos al mundo?

Por su extraordinario interés, reproducimos por extenso un artículo de Ghasan Charbel, director del diario internacional en lengua árabe Asharq al Awsat. El original en inglés está aquí y la traducción en español (excepto unos pocos párrafos) se obtuvo de aquí

Siempre que una explosión sacude una ciudad, se repite la misma escena. La atención se fija en los boletines especiales. Escucho a mis colegas: esperemos que el autor no sea árabe, que no sea musulmán; no necesitamos más…

Los escucho y comparto sus esperanzas. Pero los acontecimientos enseguida dan la réplica a nuestros deseos. Ya no es un secreto que los ataques son una vergonzosa especialidad en la que somos únicos.

Sé muy bien que el hombre que atropelló a los turistas aquí o allí no representa su país o a la confesión a la que pertenece; que no obtuvo permiso oficial para cometer su crimen; que estaba buscado en su país antes de ser incluido en una lista internacional de individuos buscados por la policía y que la amenaza que representa para su país es más peligrosa que su amenaza a la distante escena del crimen.

Sé que la intolerancia no está limitada a un único pueblo, secta o país y que las personas violentas provienen de muchos orígenes diferentes. Pero debemos admitir, sin lugar a dudas, que ostentamos el record de agresiones en el mundo. Y nos hemos reservado una posición invencible en el libro Guiness de lo récords.

No exagero, querido lector. La imagen de turistas desangrándose hasta morir como resultado de un atentado perpetrado por una persona que viene de nuestra región me sume en una gran confusión. No sé porque siento el deber de pedir disculpas a una familia china, que resulta que estaba en Barcelona; o a un hombre japonés que paseaba por Niza; o a un alemán que visitaba Luxor. Esto es horrible.

¿Quién nos ha dado el derecho a violentar mapas, ciudades y Estados? ¿Quién nos ha dado el derecho a asesinar a un grupo de jóvenes que celebraban la vida en Estambul? ¿Quién nos ha dado el derecho a asesinar a los que estaban en las Torres Gemelas de Nueva York?

[Nota del traductor: El derecho lo ha dado el mismo Alá, como explican los textos sagrados del Islam: el Corán y los hadices]

La invocación a la injusticia aquí o allá es sólo una cortina para ocultar un profundo deseo de matar al otro; de eliminar a quienes no tienen nuestras características o afiliaciones. Supongamos que sí, que hay injusticia: ¿tenemos que responder infligiendo una injusticia aún mayor a gente inocente? Lo de que el mundo nos odia no es cierto.

Uno no puede negar el daño limitado que a veces producen en Occidente ciertas prácticas en respuesta a nuestras brutales actuaciones, pero ciertamente no son equiparables a los mortíferos banquetes que organizamos en escenarios tan distintos y distantes.

Quienes conocen Occidente saben que allí la ley es soberana y tiene primacía que beneficia incluso a los intolerantes. Muchos saben que las comunidades árabes y musulmanas disfrutan en Europa de una libertad de la que a menudo carecen en sus países.

¿Por qué atacamos al mundo? ¿Porque ha decidido poner rumbo al futuro, mientras nosotros estamos determinados a navegar hacia el pasado? ¿Es porque ha inventado el avión en el que viajamos, el coche que conducimos, los tratamientos contra el cáncer que aplicamos en nuestros hospitales?

¿Cuál es la justificación del odio a Occidente, si lo que deseamos es ver a nuestros hijos y nietos graduarse en sus universidades?

¿Por qué atacamos al mundo? ¿Es porque hemos fracasado a la hora de erigir Estados modernos, de alcanzar el desarrollo, de generar empleo, de garantizar las libertades y de consolidar el imperio de la ley?

¿Acaso vemos en el progreso del otro una derrota propia y una amenaza a nuestra existencia? ¿Cuál es la solución, ponernos un cinturón explosivo y reventarnos o salir de los túneles en los que hemos decidido meternos?

¿Es cierto que estamos horrorizados por la multiplicidad de colores, elecciones y oportunidades que se nos presentan y que buscamos preservar el mundo monocolor que percibimos como la garantía de nuestra existencia y de la continuidad de nuestra identidad, bien lejos de cualquier interacción o enriquecimiento?

¿Es cierto que nos saltan todas las alarmas cada vez que escuchamos el campaneo del advenimiento de una nueva era? El campaneo de la ciencia, la tecnología, la medicina, las ideas, la cultura, la educación, la música…

¿Por qué atacamos al mundo? ¿De dónde sacamos semejante carga de odio? ¿Por qué sentimos la tentación de colisionar con el mundo y no de vivir con él y en él?

[Nota del traductor: Porque tenéis un libro sagrado que está lleno de odio y os dice que debéis atacar al mundo. Muchos pueblos son retrasados y han perdido el tren de la modernidad, pero sólo aquellos que tienen ese libro sagrado producen esa cantidad de atentados y agresiones en nombre de su dios.]

¿Por qué anteponemos las explosiones al diálogo, la muerte a la interacción y el acuerdo; los escombros al acomodo en espacios comunes; las cenizas a la multiplicidad? ¿Por qué preferimos retirarnos en lugar de tender la mano? ¿Por qué preferimos la receta de la muerte en vez de la del diálogo y el reconocimiento?

No podemos seguir atacando al mundo. Eso significa destruir sociedades antes que destruir un café,un museo o un rascacielos en [otros lugares]. Los asesinos itinerantes asesinan a sus países mientras piensan que están atacando a otros.
Esos países, que parecen frágiles, son capaces de vivir con el peligro porque tienen Estados e instituciones que cometen errores, [pero] los corrigen, revisan sus cálculos y refuerzan sus capacidades.

Ha llegado la hora de considerar la guerra contra el extremismo la gran prioridad de nuestra vida. Es imperativo erradicar el vocabulario del extremismo de nuestros hogares, vecindarios, escuelas y manuales. Hay que detener el torrente de odio que anega nuestras pantallas y redes sociales.

Tenemos que reflexionar sobre una cultura que promueve esa tendencia a atacar al mundo. Si no le hacemos frente con coraje y sensatez, nos hundiremos aún más en la sangre y el fango y produciremos más asesinos itinerantes.

Me niego a rendir homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona

(Original en francés aquí )

Me niego a rendir homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona.

Para rendir homenaje, hay que estar legitimado para hacerlo. Ahora bien, nosotros, países occidentales, nos negamos obstinadamente a combatir las causas del terrorismo musulmán que golpea nuestras tierras (inmigración musulmana, islamismo). Combatimos, a penas, los síntomas, para evadirnos ante la dificultad de afrontar la raíz del problema.

En estas condiciones, un homenaje a las víctimas (después de tantos otros) no es más que una manipulación mediática (si el homenaje es organizado) y una evasión de nuestras responsabilidades (si el homenaje es espontáneo).

Exaltaremos una vez más nuestra condición de víctimas pasivas para neutralizar las cóleras sanas y justas, por miedo al conflicto, por miedo de mirar al enemigo a los ojos, por apatía hacia nuestros deberes. Este homenaje no será lo que debería ser, un recogimiento antes de tomar medidas. Será justamente lo contrario, una gesticulación hipócrita, llorosa y sentimental para evitar la mala conciencia por los muertos. Será una reunión de cobardes completamente decididos a no hacer nada serio para impedir que los atentados musulmanes se reproduzcan.

No sabría como ser cómplice de una vileza como esa. Dejo a los imbéciles y a los gallinas con sus velas y con sus ositos de peluche.

El único homenaje que estoy dispuesto a rendir, de todo corazón, es a los héroes que han matado a los terroristas o les han impedido actuar.

 

La familia y la cultura. Lista de videos

La familia y la cultura (1): Introducción. En este primer video, haremos una serie de primeras consideraciones necesarias para esta serie de videos de «La familia y la cultura».

La familia y la cultura (2): Adaptación y selección biológica. En este video, veremos los fundamentos de la teoría darwinista que explica la relación entre los sexos.

La familia y la cultura (3): Las dos premisas fundamentales. En este video, veremos los dos hechos biológicos fundamentales que gobiernan la relación entre los sexos.

La familia y la cultura (4): La selección sexual de las mujeres. En este video veremos un modelo de selección sexual y cómo se aplica a la selección sexual de las mujeres, incluyendo sus estrategias de seducción.

La familia y la cultura (5a): Selección sexual de los hombres. Fundamentos biológicos. En este video, veremos las necesidades biológicas que tienen las mujeres de sus parejas y cómo esto fundamenta la selección sexual de los hombres.

La familia y la cultura (5b): Selección sexual de los hombres. Rasgos atractivos (primera parte). En este video, veremos algunos rasgos de los hombres que son atractivos para las mujeres, como la belleza física, los indicadores de estatus y el potencial económico.

La familia la cultura (5c). Selección sexual de los hombres. Rasgos atractivos (segunda parte). En este video, veremos el tipo de personalidad que atrae a las mujeres y los motivos de qué cada vez sea más escaso. También se verán las causas del interés de las mujeres en «hombres con potencial».

La familia y la cultura (5d). Selección sexual de los hombres. Rasgos atractivos (tercera parte).  En este video, como la inteligencia, el humor y la preselección como rasgos atractivos de los hombres para las mujeres. También veremos las causas del famoso «doble estándar» o «doble rasero» sobre la promiscuidad.

La familia y la cultura (5e): Selección sexual de los hombres. Rasgos atractivos (cuarta parte). En este video, veremos cómo las mujeres buscan hombres que son buenos padres y cómo esta característica choca con otros rasgos atractivos. Veremos que rasgos son predominantes según las circunstancias.

La familia y la cultura (5f). Selección sexual de los hombres. Estrategias de seducción. En este video, veremos las estrategias de seducción de los hombres para conquistar a las mujeres en nuestra cultura occidental contemporánea.