Había tres iglesias en el campo cercano a una pequeña ciudad de Texas: la Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Metodista y la Iglesia Católica. Cada iglesia estaba invadida por ardillas molestas.
Un día, la Iglesia Presbiteriana convocó una reunión para decidir qué hacer con las ardillas. Después de mucha oración y consideración, determinaron que las ardillas estaban predestinadas a estar allí y que no deberían interferir con la voluntad divina de Dios.
La Iglesia Metodista se unió y decidió que no estaban en posición de dañar a nada que fuera parte de la creación de Dios. Entonces, atraparon humanamente a las ardillas y las liberaron a unos pocos kilómetros de la ciudad. Tres días después, las ardillas regresaron.
Pero a la Iglesia Católica se le ocurrió la mejor y más efectiva solución. Bautizaron a las ardillas y las registraron como miembros de la iglesia. Ahora solo las ven en Navidad y Pascua.